Aena vuelve a buscar socios para gestionar el golf del Aeropuerto de Valencia

Aena busca una segunda oportunidad para el campo de golf del aeropuerto de Manises. El gestor aeroportuario, que a principios de esta década trató de impulsar sin éxito diferentes proyectos vinculados a este deporte y al tránsito de viajeros en Valencia y Barcelona, ha sacado a concurso la adjudicación de estos terrenos a razón de 783.796 euros. El período de explotación será de ocho años sin posibilidad de prórroga, según se indica en la documentación a la que ha tenido acceso Palco23.

Los terrenos donde actualmente se ubica el Real Club de Golf de Manises (Rcgm) tienen una superficie de 357.731 metros cuadrados y disponen de un campo de golf de nueve hoyos, tres hoyos cortos y un campo de prácticas. El planteamiento de Aena es que se pueda recorrer en menos de una hora, a modo de actividad de recreo en el tiempo de espera entre los vuelos de los ejecutivos.

Las instalaciones también disponen de un club social con oficinas donde poder realizar reuniones, aparcamiento propio, piscina, servicio de taller, almacén y un punto de venta de artículos deportivos. La empresa que se haga con la gestión, asimismo, deberá ofertar diferentes actividades entre las que se incluyen clases de golf y natación, servicio de restauración y encargarse de la búsqueda activa de competiciones de alto nivel nacionales e internacionales. Actualmente sólo se disputan torneos menores de carácter local.

El plazo de explotación será de ocho años sin prórroga, a diferencia de  2012, cuando eran quince años ampliables a treinta

Por ahora la gestión recae sobre el Rcgm, que ha ocupado estos terrenos desde su fundación en 1954. En 2005, sin embargo, pasaron a ser de titularidad pública tras ser adquiridos por el Ministerio de Fomento, que los adscribió a Aena como parte del Aeropuerto de Manises. Pese a que el club siguió operando toda la actividad que se produce en el campo de golf, la propiedad es del gestor aeroportuario.

Tras una inversión inicial de 1,7 millones de euros en la mejora del complejo, Aena trató de recuperar la inversión sacando a concurso público la gestión de dichos terrenos en 2012. El objetivo era encontrar un socio que se hiciera cargo de la misma por un período de quince años, prorrogables a treinta años, con un pago anual de 111.333 euros.

El proceso de licitación, sin embargo, fue declarado desierto un año más tarde ante la falta de ofertas. Desde entonces ha sido el propio club el que ha asumido el canon a cambio de la gestión, que ha financiado a través de fondos propios, principalmente procedentes de las cuotas de los socios, que se incrementaron un 25% entre 2010 y 2013.

El concurso de 2012 fue declarado desierto por la falta de ofertas, al igual que sucedió en el Aeropuerto de El Prat de Barcelona

Ahora, Aena ha establecido un pago total 783.796 euros. De los quince años iniciales ya sólo quedan ocho, por lo que la inversión es un millón de euros inferior a la de 2012. Según las condiciones incluidas en el nuevo pliego de contratación, el adjudicatario comenzaría pagando 93.660 euros en 2020, y finalizaría 2027 con un pago anual de 101.420 euros, con un incremento interanual del 1% durante los ocho años de adjudicación.

Además, se establece un fondo de garantía provisional de 23.415 euros y se indica que “el arrendatario deberá realizar las obras de instalación y reforma de las instalaciones”, aunque no se establece una previsión de presupuesto. Además, la empresa que gestione el campo también deberá abonar todos los impuestos y tasas que correspondan, como el impuesto de bienes inmuebles (IBI), los costes del personal y las labores de mantenimiento.

Este no fue el único proyecto que Aena ha tratado de impulsar vinculando el golf y los aeropuertos. En 2013 también sacó a concurso la licitación de las obras para relanzar el campo junto al Aeropuerto del Prat (Barcelona), con el mismo fin que el de Valencia. El proyecto incluía una superficie de 180.000 metros cuadrados y era aún más ambicioso, pues constaba de 18 hoyos que podrían recorrerse en hora y media.

Además, se incluía la restauración de la casa club de golf, que se utilizaría con fines hosteleros y comerciales, así como la creación de un parque público abierto para el que se invertirían 15 millones de euros. Al igual que sucedió en Manises, ninguna empresa presentó una oferta y también se declaró nulo. Hasta 1997 esos terrenos habían sido ocupados por El Real Club de Golf El Prat (Rcgp), que tras la ampliación del aeropuerto se trasladó a las afueras de Terrasa, en lugar de negociar con Aena la explotación de los mismos.