Clubes

Ruiz Expósito (EY): "El fútbol necesita un sistema que no genere una simple inflación de estrellas"

Marc Menchén

3 feb 2017 - 04:58

José Luis Ruiz Expósito es uno de los auditores que más años lleva trabajando en la industria del fútbol, con el añadido de que es el encargado de supervisar las cuentas del Real Madrid cada temporada. El club blanco, el tercero que más factura en todo el mundo, es el cliente histórico de EY en este sector, aunque desde hace menos de un año ya no es el único. En pocos meses se han adjudicado este mismo servicio en el Valencia CF, Sevilla FC, Real Betis, Málaga CF, SD Eibar y, como guinda, el FC Barcelona. "No hemos seguido una estrategia predeterminada; son oportunidades que han surgido y competiciones en las que nuestras credenciales han servido", comenta en una entrevista con Palco23.

 

Eso sí, el socio director del sector de productos de consumo y distribución de EY admite que les abre una puerta a nuevas líneas de negocio. "La auditoría te da el conocimiento de cómo funcionan los clubs y cuáles son sus necesidades, así que de alguna forma es una puerta de entrada fundamental para también poder hacer consultoría. Nos interesa tener un posicionamiento claro y no sólo auditar, sino poder asesorar a clubs y agentes en temas de patrocinio, derechos de televisión, etcétera", comenta.

 

Jose Luis Ruiz Exposito
José Luis Ruiz Expósito, socio de EY.

 

Ruiz Expósito admite que uno de los riesgos de auditar a un equipo es "la exposición mediática, que a veces es excesiva", una circunstancia que les obliga a reforzar aún más los controles. "Son auditorías a las que hacemos muchos controles de calidad para que, en caso de duda de los socios, podamos argumentar nuestro criterio", comenta. De hecho, actualmente ya son la única Big Four que revisa cuentas en el fútbol español.

 

En su opinión, actualmente "hay ocho diez clubs con un presupuesto interesante que necesitan desde un punto de vista de imagen el contratar a una de las grandes auditoras, sobre todo aquellos que están o tienen posibilidad de estar en ligas europeas". No obstante, el abanico se ha ido ampliando hacia entidades de menor tamaño, ya que "tanto La Liga como la Uefa están sugiriendo de forma fuerte que se eleve la calidad de los trabajos de revisión financiera". En este punto, considera que "nosotros hemos puesto nuestro grano de arena a la mejora de la calidad de la información financiera; al final los clubs siguen las pautas de transparencia que le podemos exigir a un grande".

 

El desembarco de firmas reconocidas también se ha visto apoyado por la nueva hornada de ejecutivos y la profesionalización de estructuras, al calor del aumento del negocio audiovisual y las propias reglas de control económico instauradas en 2012 por la patronal. "El fútbol español ha mejorado mucho en líneas generales, tanto en términos de saneamiento, como de profesionalización, con separación clara de funciones entre directivos y ejecutivos. Los profesionales financieros que están al frente de los clubs son tan independientes como el de cualquier compañía", valora.

 

La credibilidad es una de las constantes de muchos clubs al anunciar que apostaban por un cambio de auditor, o incluso con el simple nombramiento de ejecutivos ajenos al entorno de los máximos accionistas. No es una cuestión baladí, ya que una de las obsesiones de La Liga con todas estas normas de control es, esencialmente, que las organizaciones deportivas puedan regresar al mercado tradicional de financiación bancaria. "Está claro que una Big Four da ese confort a terceros, pero eso sólo no es suficiente".

 

Ruiz Expósito advierte de las necesarias reformas que deben implantarse en el fútbol internacional si quiere consolidarse como negocio, y advierte de los riesgos de no aprovechar el actual momento de bonanza. "En muchos casos es un negocio errático, en el que la correlación con los éxitos deportivos es muy alta. Hay que buscar mecanismos para que no necesariamente la cuenta de resultados esté ligada al resultado sobre el césped. Aunque sea muy difícil, todo lo que sea desapalancar esta dependencia da seguridad al mercado", argumenta, sobre uno de los motivos por los que la banca igualmente puede dudar si ofrecer préstamos a los clubs que no tengan una base de ingresos asegurada.

 

Es algo que, a día de hoy, seguramente sólo tienen atado Madrid y Barça, ya que en el resto de casos una ausencia en competiciones europeas o la pérdida de categoría pueden derivar en una drástica reducción del presupuesto anual. "El debate es bueno ahora que es sabido que los ingresos van a ir al alza y hay buenas expectativas; no se puede esperar a que las cosas estén mal para intentar arreglarlo", insiste.

 

En este sentido, el socio de EY pone el acento en lo que él ve como el principal riesgo de esta industria, y que también ha señalado en más de una ocasión el Barça como uno de sus mayores desafíos: las nóminas. "Si toda mejora de ingresos va a aumentar el coste de los deportistas, no se estará yendo hacia un buen modelo. Hay una correlación demasiado grande entre lo que un club ingresa y lo que gasta en nóminas", advierte.

 

En la actualidad, la Uefa sólo establece una recomendación, que pasa por que la masa salarial (sueldos y amortizaciones en fichajes) no supere nunca el 70% del negocio ordinario. En cuanto a La Liga, el sistema de cálculo también se basa en función del volumen de facturación y los compromisos de deuda a pagar en cada temporada. "Ha llegado el momento de ser sensatos y poner topes en los sueldos; si gastas en sueldos todo lo que incrementas de ingresos, lo que estás generando es inflación y una mayor polarización entre grandes y pequeños", señala.

 

Ruiz Expósito señala que hay modelos existentes de los que se podría aprender, como la NBA, donde el gasto salarial se establece en términos absolutos y no porcentuales. Es una de las pocas opciones para asegurar la rentabilidad de estas organizaciones, paso necesaria para poder entregar dividendos y hacer atractiva la inversión. "Hay que construir un sistema que no genere una simple inflación de estrellas, si no será difícil que alguien apueste por invertir a excepción de multimillonarios", concluye.