Fitness

Especial 2021: Un año para volver

2021: El ‘home fitness’ sigue en la agenda con el ‘pinchazo’ de Peloton y el esprint de Volava

La compañía estadounidense de ‘home fitness’ frenó en el tercer trimestre del año 2021 con unas pérdidas de 376 millones de dólares frente al beneficio de 69,3 millones de dólares del mismo periodo del año anterior.     

2021: El ‘home fitness’ sigue en la agenda con el ‘pinchazo’ de Peloton y el esprint de Volava
2021: El ‘home fitness’ sigue en la agenda con el ‘pinchazo’ de Peloton y el esprint de Volava
Peloton registró un crecimiento de sus gastos operativos del 140%, hasta 622 millones de euros.

Miquel López-Egea

22 dic 2021 - 05:00

Especial 2021: un año para volver

 

Peloton frenó, pero siguió pedaleando en 2021. En el tercer trimestre de 2021, la compañía tuvo unas pérdidas de 376 millones de dólares, frente a los 69,3 millones de beneficios del año pasado en el mismo trimestre. El resultado bruto de explotación (ebitda) en el periodo fue negativo de 233,7 millones de dólares, frente a los 118,9 millones positivos del anterior periodo. Pese a este contexto, las suscripciones crecieron un 87% en el primer trimestre, hasta 2,49 millones, y registró unos ingresos de 805,2 millones de dólares en el primer trimestre fiscal de 2022, un 6,2% más que el mismo periodo del año pasado. Y es que pese a frenar, el home fitness está de moda tras la pandemia. No es el auge esperado, pero es una alternativa. 

 

En 2021, el sector habrá crecido a una tasa anual cercana al 7%, para un aumento total de 4.810 millones de dólares hasta 2024, de acuerdo con la consultora Technavio. Un 64% de ese crecimiento se producirá en Estados Unidos. Un mercado fragmentado, la creciente popularidad de otras actividades de entrenamiento y la falta de conciencia y penetración en los países en desarrollo son algunos de los factores que limitan el crecimiento del mercado a largo plazo. 

 

Además, según BDO, un 55% de las empresas españolas apuntan que las plataformas de home fitness seguirán creciendo en 2022. 

 

Reducción de expectativas

El problema para Peloton fue que, tras la vuelta a la normalidad, tuvo que reducir sus grandes expectativas: no se acercará a las previsiones realizadas en tiempos de pandemia. Si en agosto preveía cerrar 2022 con unos ingresos 5.400 millones de dólares y un ebitda negativo de 325 millones, en noviembre estimó que sus ingresos se situarían entre 4.400 millones y 4.800 millones y su ebitda sería negativo de entre 425 millones y 574 millones. Por otro lado, también rebajó sus previsiones en cuanto a suscripciones, pasando de 3,63 millones a entre 3,35 millones y 3,45 millones.

 

Además, Peloton registró un crecimiento de sus gastos operativos del 140%, hasta 622 millones, a causa del aumento de la inversión en márketing, personal, sistemas, investigación, gastos de desarrollo y el impacto agregado de la estructura de gastos de Precor.

 

Asimismo, para 2022, la misma compañía reconoció que es un año “muy desafiante” para hacer pronósticos dadas “las comparaciones inusuales de hace un año, la incertidumbre de la demanda en medio de la reapertura económico, las limitaciones en la cadena de suministro y la presión en los costes de los productos básicos”. Asimismo, la compañía reconoció que “el desempeño operativo nos está llevando a recalibrar nuestras perspectivas para el año fiscal”.

 

Pese a este contexto, la empresa también se mantuvo en su plan de negocio y reiteró que su estrategia no ha cambiado y que se ha redefinido el home fitness, con una migración a entrenar en casa, “un comportamiento del consumidor que todavía está en sus primeras etapas”. Sin embargo, también aseguró que tomaba “medidas concretas” para reexaminar su base de gastos y ajustar sus gastos operativos para alinear mejor sus inversiones con sus expectativas de crecimiento revisadas. 

En 2021, Peloton mantuvo la inversión en el periodo, priorizando la accesibilidad y la adquisición de sus productos a corto plazo. En febrero de 2021, la compañía concluyó una emisión de bonos por valor de 1.000 millones de dólares, tras elevar en 400 millones de dólares sus previsiones iniciales de financiación.

 

En el mismo mes anunció la inversión de 100 millones de dólares en transporte aéreo y marítimo para rebajar los plazos de entrega de sus productos, ya que su problema estaba en el transporte y no en la fabricación de nuevas unidades. En los seis últimos meses de 2020, la compañía ya aumentó la producción en sus fábricas.

 

Un mes después, en marzo, coincidiendo con su entrada en Australia, se hizo con tres compañías más, además de su rival Precor, cuya adquisición selló en diciembre de 2020 por más de 400 millones de dólares. Con este movimiento y otros como la ampliación de sus instalaciones de Plano (Texas), la empresa blindó su capacidad productiva. 

 

El grupo también se hizo con tres start ups especializadas en diferentes tecnologías: Aquido, dedicada al desarrollo de asistentes de voz mediante inteligencia artificial; Atlas Wearables, fabricante de relojes inteligentes para fitness, y Otari, un desarrollador de colchonetas para hacer ejercicios equipadas con pantallas para proveer comentarios en tiempo real.

 

Estas adquisiciones se sumaron a las otras compras llevadas a cabo por el fabricante de bicicletas estáticas, como las de Peerfit y Gossamer Engineering.

 

En abril, la compañía estadounidense anunció la construcción de su primera fábrica en Estados Unidos, concretamente en Troy Township en Wood County, en Ohio.  

 

 

 

La compañía realizó una inversión de 400 millones de dólares en la instalación de 809.371 metros cuadrados, y que tendrá más 93.000 metros cuadrados de espacio de fabricación, oficinas y servicios.

 

En junio, la compañía anunció el lanzamiento de Peloton Corporate Wellness, un nuevo programa que ofrecerá contenido de la marca y productos conectados a empresas y organizaciones de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania y Australia. El objetivo es que las empresas puedan ofrecer recursos de salud mental y física a sus trabajadores. 

 

En la línea de buscar nuevas vías de negocio, en septiembre, lanzó Peloton Apparel, su primera línea propia de moda, tras años de tantear el terreno con grandes compañías del sector como Adidas y Athleta, propiedad de Gap.

 

De hecho, la última colaboración de Peloton con Adidas se lanzó el pasado marzo, y consistió en una línea de equipación deportiva acompañada de servicios de entrenamiento por streaming. Con Athleta, la marca de moda sport del grupo Gap, Peloton lanzó una colección de prendas de deporte en enero de 2020, previo al estallido de la pandemia.  

 

Por otro lado, en noviembre, preparó otra emisión de acciones por más de mil millones de dólares, llevando a cabo una oferta pública en la que se pondrán a la venta hasta 150 millones de nuevas acciones, las cuales están sujetas a las condiciones de mercado. Asimismo, en el mismo mes interpuso una demanda a Lululemon como acción preventiva para proteger su nueva línea de ropa deportiva, acusada de infringir las patentes.

 

Con sede central en Nueva York, Peloton comenzó su desarrollo en 2012 de la mano de Graham Stanton, Hisao Kushi, John Foley, Tom Cortese y Yony Feng. La compañía captó más de mil millones de dólares en su salida a bolsa en 2019.

 

De Tempo a Decathlon Fitness

Peloton no ha sido la única compañía de home fitness que optó por reforzarse en 2021. En abril, la start up de productos para entrenar en casa Tempo, fundada en 2015 en San Francisco (Estados Unidos) por los empresarios Moawia Eldeeb y Josh Augustin, cerró una ronda de financiación por valor de 220 millones de dólares liderada por SoftBank. En esta ronda también entraron Bling Capital, DCM, General Catalyst, Norwest Venture Partners y Steadfast Capital Ventures.

 

Con esta inyección de capital, la empresa tenía como objetivo reforzar su cadena de suministro y mantenerse al día con el aumento de la demanda de los consumidores, así como seguir adelante con sus actividades de investigación y desarrollo (I+D) y creación de contenidos. En julio del año pasado la empresa levantó 60 millones de dólares en otra ronda. 

 

 

Por otro lado, a finales de abril la empresa de máquinas de remo inteligentes Ergatta anunció que había cerrado una ronda por valor de 30 millones de dólares liderada por Advance Venture Partners y con la participación de Greycroft, Fifth Wall, Gaingels y Hans Tung. En julio del año pasado, la empresa había cerrado otra ronda de cinco millones de dólares.

 

Por su parte, la start up de entrenamientos de fuerza conectados Tonal, que tiene a Stephen Curry, Klay Thompson y Serena Williams como inversores, cerró en marzo una ronda de financiación de 250 millones de dólares, valorando la empresa en 1.600 millones de dólares.

 

Los participantes en la ronda fueron Dragoneer, Cobalt Capital, L Catterton, Sapphire Ventures y deportistas como Drew Brees, Larry Fitzgerald, Maria Sharapova, Mike Tyson y Sue Bird. 

El objetivo de la ronda era invertir en la comercialización de su producto entre los compradores para incrementar la visibilidad de la marca, aumentar su catálogo de clases online, e invertir en más operaciones para hacer frente al aumento de la demanda. Hasta la fecha, a través de varias rondas, Tonal ya ha levantado un total de 450 millones de dólares.

 

En abril, la china Fiture también cerró una ronda de 300 millones de dólares en la que entraron Sequoia Capital, Tencent, C Capital, Cathay Capital, Black Ant Capital, CPE (CITIC Industry Fund) y BAI (Bertelsmann Asia Investment Fund).

 

Además, Echelon Fitness, el fabricante de bicicletas estáticas y otros equipos de entrenamiento de home fitness, está explorando distintas vías de financiación para levantar cien millones de dólares. A finales de 2020, Goldman Sachs lideró una ronda de 65 millones de dólares en la enseña, por lo que la firma de inversión y North Castle Partners se hicieron con el control de la compañía.

 

Por su parte, Nautilus compró la tecnología de Vay en septiembre. La compañía estadounidense de equipamiento para fitness adquirió la empresa tecnológica especializada en tecnología de movimiento, como parte de su plan para impulsar el home fitness. Nautilus alcanzó una facturación de 137,9 millones de dólares en el tercer trimestre del año (finalizado a 30 de septiembre), lo que supuso un descenso del 11% en relación con el mismo periodo del ejercicio anterior. Pero en el mismo periodo entró en pérdidas, con unos números rojos de 4,6 millones de dólares.

En agosto, la compañía de máquinas de remos de fitness conectadas Hydrow anunció conversaciones con Sandbridge X2 para salir a bolsa a través de una Spac, lo que la valorará en más de mil millones de dólares.

 

Hydrow tiene como negocio la venta de máquinas de remos de fitness conectadas por 2.199 dólares y vende monitores de frecuencia cardíaca, accesorios de yoga y auriculares. La compañía levantó 25 millones de dólares en 2020 y otros veinte millones de dólares el año anterior en dos rondas lideradas por L Catterton, fondo respaldado por LVMH.

 

Volava, referente en España

En España, el home fitness no se queda al margen e incluso pedalea mejor que en otras regiones del mundo. En julio, la start up catalana, especializada en equipamiento y contenido para el entrenamiento en casa, anunció la preparación de otra ronda de inversión de alrededor de diez millones de euros para finales de 2021 o 2022 para dar un nuevo empuje a su expansión internacional.

 

Esta será la tercera ronda de financiación de la compañía catalana. En la primera, cerrada en 2020, levantó 1,65 millones de euros y dio entrada a los fondos Inveready y Media Digital Ventures, y otros 79 inversores a través de la plataforma The Crowd Angel.

 

En la segunda, a principios de 2021, captó dos millones de euros. Esta operación estuvo liderada por Inveready, el fondo JME (propiedad de José Manuel Entrecanales) y Wayra, el brazo inversor de Telefónica. Actualmente, sus fundadores, Ana Roig y Joel Balagué, son los accionistas mayoritarios de la compañía, con el 51% del capital.

 

 

Tras cerrar la segunda ronda, Volava inició su expansión internacional con la entrada en Alemania de la mano de Amazon y tiene ya todo preparado para comenzar a operar también en Países Bajos. Volava cerró 2020 con una facturación de dos millones de euros y preveía alcanzar entre cinco y seis millones de euros en 2021, aunque a medida que se acercaba el verano el negocio se fue ralentizando, como le pasó al home fitness a escala global.

 

Si todo va según lo previsto, el negocio internacional podría copar la mitad de la facturación de Volava en uno o dos años y los próximos destinos se concretarán en el plan que se realice para la próxima ronda de financiación.

 

De la mano de uno de sus últimos socios, Telefónica, Volava ha comenzado a testear el canal físico. Las bicicletas estáticas y los pulsómetros de la marca comenzarán a comercializarse en veinte tiendas de Movistar en toda España y en su plataforma online.

 

Otro de los hitos de la compañía fue la entrada en el marketplace de Decathlon, un movimiento con el que, junto con la alianza con Telefónica, la empresa espera llegar a un público más masivo en España.

 

Volava cuenta con su sede central en Barcelona y por el momento tiene infraestructura suficiente para crecer. Volava cuenta con dos estudios y emplea a 35 personas, una docena de ellos instructores. Los abonados superan los 2.500.

 

Por otro lado, en España, en home fitness, la cadena de tiendas Sprinter, propiedad del gigante británico JD Sports, diversificó su negocio en noviembre, buscando acuerdos con empresas para ofrecer servicios de su plataforma de entrenamiento online, siguiendo los pasos de plataformas como Andjoy o Urban Sports Club. La empresa británica espera que este negocio suponga un 20% de la facturación de la plataforma en los próximos doce meses.

 

La plataforma mantiene todos los servicios para los consumidores, pero tiene previsto ofrecer acceso a sus módulos de nutrición y fitness a los empleados de las diferentes empresas, además de ofrecerles algunas acciones presenciales con entrenadores personales o actividades de entrenamiento más lúdicas. Sprinter Pass tiene un precio de treinta euros al año para el consumidor final, aunque para empresas, y en función de los trabajadores, el coste varía.