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Del RCD Espanyol al RCD Mallorca: las cuentas de los equipos descendidos a LaLiga SmartBank
Más allá del momento económico que atraviesan los clubes en un año marcado por el Covid-19, el equipo blanquiazul recibirá cerca de 30 millones de euros de ayuda al descenso, un auténtico pulmón para recobrar el pulso en Segunda División y luchar por ascender durante la próxima temporada.
20 jul 2020 - 04:59
LaLiga Santander ha finalizado la temporada más atípica de su historia. A diferencia del resto de competiciones nacionales, es la única que sí ha echado el cierre con descensos, junto a su hermana menor, LaLiga SmartBank. RCD Espanyol, RCD Mallorca y CD Leganés/RC Celta han certificado su descenso a Segunda División, lo que supone la vuelta a esa categoría del equipo balear un año después de su ascenso, por los 27 años que llevada el equipo blanquiazul sin jugar en esa categoría. Son dos datos de vital importancia puesto que, en función de cuántos años lleva un club en Primera División, más dinero ingresará por la ayuda al descenso. En el caso del Espanyol, se trata del mayor importe que jamás ha pagado LaLiga a un equipo descendido: cerca de 30 millones de euros.
El conjunto catalán ha contado con el noveno mayor límite salarial de la competición, con 86,3 millones de euros en 2019-2020. Hasta once equipos tienen menor tope salarial que el Espanyol y, sin embargo, todos están firmando mejores resultados deportivos. Se desconoce cómo ha afectado el coronavirus y la celebración de partidos sin público en las gradas a la economía del equipo controlado por Chen Yansheng, pero la entidad fue el undécimo club de LaLiga que más facturó en 2018-2019, con 97,7 millones de euros.
Desde que Yansheng entró en el capital en enero de 2016, el club ha ido avanzando en su saneamiento patrimonial de la mano de Rastar, empresa controlada por el presidente del equipo. El grupo ha capitalizado deuda por 50 millones de euros para convertir las obligaciones pendientes de pago en acciones, y así dar un respiro al pasivo del club.
También ha mejorado las distintas líneas de ingresos mediante la venta de jugadores y la mejoría del negocio ordinario, como es la organización de conciertos en el RCD Stadium, la venta de palcos VIP, la búsqueda de patrocinadores y la aportación de los derechos audiovisuales. En otras palabras: el descenso del Espanyol ha llegado en un momento en que está menos apalancado y más robusto económicamente.
Su negocio ordinario ha pasado de 40,6 millones a 80,1 millones de euros en cinco temporadas, en gran medida gracias al negocio audiovisual, que en Segunda División se reducirá de forma considerable. Los ingresos por televisión representan el 71% de su cifra de negocio excluyendo traspasos, y en el último lustro se han elevado en 35,6 millones de euros.
La consecuencia de la mejoría económica se traduce en un resultado neto positivo, después de las dos temporadas previas a la entrada de Yansheng el club registrara pérdidas. Pero el mayor avance financiero del Espanyol ha sido en la reducción de deuda bancaria, con la Administración y con el personal deportivo.
El RCD Mallorca tan sólo ha podido disfrutar durante un año de su regreso a la primera categoría del fútbol español. Dado que la ayuda al descenso se reparte en función de los años de permanencia en Primera, el club balear es el que menos dinero recibirá de LaLiga: 13 millones de euros. Las otras variables que condicionan este importe son el volumen de ingresos totales que el club ha tenido en los últimos cinco años y los ingresos recibidos por el reparto audiovisual. El Real Decreto-ley 5/2015, que reguló por primera vez la venta centralizada de los derechos televisivos en el fútbol profesional, establece que el 3,5% del reparto que recibe cada club se destina al fondo de compensación, de donde procede la ayuda al descenso que recibe cada equipo.
El problema del Mallorca es que, de las últimas cinco temporadas, sólo ha jugado en Primera División en la campaña que acaba de finalizar. En las anteriores militó en Segunda División, a excepción de en 2017-2018 cuando jugó en Segunda División B y sólo facturó 8,2 millones de euros teniendo en cuenta los ingresos ordinarios, otros ingresos y la venta de jugadores. Además, durante los últimos cinco años ha sumado 22 millones de euros en total procedentes de la televisión, una cantidad que es la mitad del dinero que preveía sólo en este año en Primera División gracias al reparto audiovisual.
El RCD Mallorca había presupuestado para esta temporada en Primera División volver a beneficios tras seis temporadas en pérdidas, una previsión que se ha visto alterada por el Covid-19. Desde 2013-2014, año que disputó en Segunda División, ha acumulado unos números rojos de 29,7 millones de euros que esperaba reducir este año al contar con una previsión de 17,5 millones. Su regreso a LaLiga SmartBank será con menos negocio de lo esperado debido a la pandemia.
La situación del CD Leganés es distinta al acumular cuatro años en Primera. En 2016-2017, con la centralización de la venta de los derechos televisivos ya implantada, debutó en LaLiga Santander, lo que le ha permitido acumular tres años en beneficios y pasar de tener una cifra de negocio de 4,5 millones a elevarla hasta 55,1 millones de euros.
Su pasivo está controlado al no tener compromisos con la banca, aunque la deuda con la Administración Pública se ha elevado en las últimas dos temporadas hasta 8,4 millones de euros. Además, el equipo ha sido prudente en cuanto a la masa salarial, ya que durante el año pasado destinó al pago de nóminas el 62% de su negocio ordinario, por debajo del 70% que recomienda la Uefa y que la mayoría de los rivales supera cada año.
Durante esta temporada el club prevé dejar de ingresar entre tres y cinco millones de euros por el Covid-19 debido a la celebración de partidos sin público en las gradas. El club pepinero recibirá 18 millones de euros del fondo de compensación que le ayudarán a conformar un equipo con la ambición de volver a Primera División.
La hucha del descenso
En la actualidad LaLiga cuenta con dinero suficiente para cubrir los compromisos del fondo de compensación, pese a los 30 millones de euros que debe pagar al Espanyol. Ahora bien, si en la próxima temporada volviera a descender un club que suma décadas en Primera División, la patronal tendría que vigilar que la hucha del descenso no se vaciara. Ante esa posibilidad, LaLiga plantearía compensar a los clubes cuando fuera posible y no de inmediato.