El United factura 505 millones hasta marzo, pero sigue en pérdidas por el ‘efecto Trump’

El Manchester United no podrá contrarrestar el efecto de la reforma fiscal de la Administración de Donald Trump. El club ha cerrado los primeros nueve meses de 2017-2018 con unas pérdidas de 21 millones de libras (24 millones de euros), el mismo agujero que tenía a la conclusión del primer semestre. Ello, pese a que los ingresos ordinarios crecen un 9,2%, hasta 442,4 millones de libras (505 millones de euros).

Tras estos resultados, la dirección mantiene su objetivo de concluir el ejercicio con unos ingresos de hasta 585 millones de libras (668 millones de euros). El grueso del negocio corresponde al área comercial, pese a que sólo crece un 2,4% interanual en los primeros nueve meses, hasta 212,6 millones de libras. En este ámbito se ha firmado la renovación del patrocinio global de Mlily y la entrada de Cho-A-Pharm, Science in Sport y PingAn a nivel regional.

Aunque todavía lejos, la factura audiovisual ha empezado a cobrar mayor importancia, con un crecimiento del 23,4%, hasta 139,4 millones de libras (159,2 millones de euros). La entidad atribuye esta fuerte mejora al nuevo ciclo de la Premier League y su participación en Champions League, pues en 2016-2017 se tuvo que conformar con la Europa League, que finalmente ganó. En taquilla, el avance ha sido del 6,7%, hasta 90,4 millones de libras (103,3 millones).

Al margen de estas partidas está el resultado neto de sus operaciones en el mercado de fichajes, que han generado el doble de plusvalías respecto al ejercicio anterior: 14,85 millones de libras (16,96 millones de euros). El United, que emplea a 930 personas, ha destinado 214,6 millones de libras (245,15 millones) al pago de salarios, lo que supone un aumento superior al 10% por las cláusulas que implican subidas salariales automáticos en caso de jugar Champions League.

El club ha reforzado en los últimos meses su estructura, y en Reino Unido dan por hecha la llegada de Collette Roche como directora de operaciones, cargo que hasta ahora no existía en la organización. La ejecutiva llega procedente de Manchester Airports Group, empresa que gestiona las infraestructuras aéreas de la ciudad. Por otro lado, a finales de 2017 ascendió al director financiero, Cliff Baty, con un asiento en el consejo de administración. En el máximo órgano de gobierno también está el director general, Richard Arnold; el vicepresidente ejecutivo, Ed Woodward, y los copresidentes ejecutivos, Joel y Avram Glazer.