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F. J. Arroyo (Urjc): “Un deportista es como una empresa familiar, pero a la inversa”

“No puedes esperar que un padre de una economía modesta gestione un patrimonio de 30 millones”, sostiene el profesor de Derecho Procesal en Universidad Rey Juan Carlos, especialista en la gestión del patrimonio de los deportistas.

F. J. Arroyo (Urjc): “Un deportista es como una empresa familiar, pero a la inversa”
F. J. Arroyo (Urjc): “Un deportista es como una empresa familiar, pero a la inversa”
“El deportista tiene que prever la convivencia, la contingencia y la sucesión”

M. L-E.

9 jun 2022 - 05:00

“No puedes esperar que un padre de una economía modesta gestione un patrimonio de 30 millones de euros”. Con estas palabras defiende Francisco Javier Arroyo, profesor de Derecho Procesal en Universidad Rey Juan Carlos y especialista en la gestión del patrimonio de los deportistas, la necesidad de aplicar los principios de la empresa familiar al deportista, para poderlo conservar a lo largo de su vida. Arroyo es socio director del Bufete Arroyo Romero y experto en derecho deportivo.

 

   

Pregunta: ¿Cómo gestionan los deportistas españoles su patrimonio?

 

Respuesta: Cada vez más está cundiendo el ejemplo de que deben ponerlo en manos de profesionales. Ya existen equipos multidisciplinares que colaboran con despachos, que trabajan en la preservación del patrimonio del deportista profesional. Cuando hablo de equipo multidisciplinar. Incluyo al agente del deportista o intermediario, abogado, bancario o banquero, psicólogo, asesor financiero independiente, y en general, un pool de personas que ayudan desde la profesionalidad a tomar decisiones de inversión al deportista. ¿Pero cómo lo gestionan? Bien en comparación a hace ocho o diez años, cuando preservar el patrimonio era una idea etérea.

 

 

P.: ¿Se está mejorando?

 

R.: Sí, porque ha aumentado el número de profesionales formados. Desde los despachos de las entidades financieras hay especialistas en gestión patrimonial, quienes son conscientes de lo que ganan en muy pocos años y de que tienen que rentabilizarlo el resto de su vida.

 

 

P.: ¿Cuáles son los principales errores que cometen?

 

R.: El problema que hay es que los deportistas profesionales con un alto nivel retributivo tienen estos niveles económicos muy jóvenes, con entre 18 años y 21 años. No tienen la madurez suficiente para entender la gestión de patrimonio en un mundo que les rodea con extravagantes lujos y que les invita a gastar en cuestiones que no son estrictamente necesarias y que les abocan a hacer grandes inversiones que no son la mejor decisión para un patrimonio que debería buscar su conservación.

 

 

 

 

P.: ¿Cómo se hace?

 

R.: Se les recomienda. Hay futbolistas que deciden que el 75% y el 90% de lo que ingresen se dedique a la gestión patrimonial activa. El resto lo dejan para sus gastos. Tienen la autoimposición de establecer una disciplina. Hay multitud de opciones para ayudar a la gestión de esa economía futura y a tener un futuro prometedor.

 

 

P.: ¿Cómo los eSports?

 

R.: Para gestionar algo, primero hay que ver el desarrollo. En los años ochenta, el sector inmobiliario era un refugio. Ahora no está al nivel de antes. Siempre y cuando haya diversificación y con cabeza, se puede invertir.

 

 

P.: ¿Cuál es el sector refugio de los futbolistas?

 

R.: Defendemos que los principios que se aplican a la economía familiar, se apliquen también a la del deportista. Un deportista es como una empresa familiar a la inversa y hay que aplicar sus principios porque él quiere manejarla y preservarla. El joven crea la empresa y los mayores le ayudan o colaboran en un consejo familiar, me refiero a que tiene que prever la convivencia con sus padres, parejas, esposas o esposos con las soluciones legales necesarias, con separación de bienes; por ejemplo, la contingencia, como lesiones, enfermedades, incapacidades que invaliden su carrera deportiva, mediante la suscripción de instrumentos que enfrenten cada una de las posibles situaciones; y la sucesión, en caso de fallecimiento repentino o muerte súbita, dejando su patrimonio ordenado en favor de sus herederos. Deportistas como Fernando Alonso tiene una proyección clara de cómo configurar patrimonialmente, con una gestión parecida a una empresa familiar, como un consejo de administración y gestores que recomiendan lo que es productivo

 

 

 

 

P.: ¿Por qué no están bien asesorados?

 

R.: Hay un punto de desconfianza hasta cierto punto justificado. La economía es compleja y venimos de una crisis económica donde han pasado hechos como que un señor recomendaba productos complejos a personas mayores que lo aceptaban. Los deportistas no son distintos, leen prensa. Además, llegar a ellos implica pasar distintos filtros y personas que tienen a su lado, que a veces, no les dan los mejores consejos o no son expertos dentro de su mejor voluntad. No puedes esperar que un padre de una economía modesta gestione un patrimonio de 30 millones de euros.

 

 

P.: Hay deportistas de Estados Unidos que se han gastado su patrimonio en tres años. ¿Pasa lo mismo en España?

 

R.: Al final, siempre está el inmueble. Te puedes pegar un tortazo, pero este permanece. Salvo aquellos que se les ha recomendado hacer una inversión en zonas no adecuadas. Pero en general, el español siempre invierte en patrimonio inmobiliario. Por lo tanto, dentro de lo razonable, no se da esta circunstancia. Además, la sociedad estadounidense es más agresiva y tiene otra perspectiva de inversión. En España, el deportista tarda en retirarse y si tiene pérdidas no son del nivel de tener que mendigar una hamburguesa.

 

 

P.: ¿En qué momento el deportista debe empezar a tener una planificación financiera?

R.: Desde que tiene un contrato profesional. Al final, cualquier plan de ahorros y pensiones bien orquestado se extiende en el tiempo y es fácil encontrar la rentabilidad sin tener una pérdida patrimonial.

 

 

 

 

P.: ¿Entidades como LaLiga o los clubes tienen que colaborar con ello?

 

R.: Sí, pero debería ser de manera más directa. Hay que implicar a todos los agentes que rodean el deporte, incluso las universidades. En general, en la sociedad hay poca cultura financiera. Pero el deportista debe tener más cuidado porque sus magnitudes son mayores. Falta formación e información.

 

 

P.: ¿Es un tabú hablar de este tema?

 

R.: Como a cualquier ciudadano. Si estás con un grupo de amigos, hablar de cuánto se gana, genera cierta incomodidad. Todos somos poco reticentes a hablar de los números personales. No es una materia de fácil acceso.

 

 

P.: ¿Quién tiene que ser el responsable de esto?

 

R.: El responsable único es el deportista. Y en el camino debe estar coayudado por su gente, la liga y los organismos dedicados al deporte, que creen formación específicas.