Fitness
Código QR de salud y vuelta escalonada: así es el regreso a la normalidad los gimnasios en China
En el gigante asiático, el deporte al aire libre ha sido el primero que ha vuelto a permitir, seguido de los centros cerrados, los gimnasios y las piscinas. Se ha reforzado el control de accesos y, en algunas regiones, es obligatorio entrenar con mascarilla.
27 abr 2020 - 04:59
China es el país a la que la mayoría de empresas miran para entender cómo está respondiendo la población a las medidas de desescalada. Las cadenas de gimnasios no son una excepción, y observan al gigante asiático en busca de respuestas: cuándo podrán volver a operar, cómo serán los protocolos y la experiencia del cliente una vez se reabra, y si la mayoría volverán a entrenar o preferirán ejercitarse desde casa. Según Ihrsa, la mayor organización empresarial del sector del fitness, en China sólo el 15% de los abonados han regresado a los clubes tras la reapertura de establecimientos, aunque el porcentaje es mayor en los clubes boutiques.
“El Covid-19 ha causado un impacto negativo a la industria deportiva de China a corto plazo, pero la recuperación es previsible”, ha explicado Nikki Wang, directora de negocios deportivos de Deloitte, en una webinar organizado por la Cámara Europea de Comercio en China. La experta ha reconocido que, durante el parón, las cadenas de gimnasios “han cambiado su enfoque comercial hacia el entrenamiento online”, que aporta mayor conveniencia.
No todas las cadenas han vuelto a operar. Depende de lo que autoricen las provincias, las regiones autónomas y las municipalidades. Por ejemplo, en la segunda ciudad más poblada del país, Pekín, la reapertura de instalaciones deportivas se está llevando a cabo en cuatro fases. Los gimnasios, que son instalaciones cerradas, se consideran espacios de mayor riesgo en comparación con los complejos al aire libre.
Las instalaciones deportivas en China escanean el código QR de salud para permitir o denegar el acceso
Así, a principios de abril abrieron algunos centros deportivos outdoor, como pistas de tenis, y se dio la posibilidad de salir a correr. La segunda fase empezó el 21 de abril, en la que se permitió la apertura de todos los complejos deportivos al aire libre, como los campos de fútbol o las pistas de baloncesto.
La tercera fase empezará el miércoles, día 29, y permitirá a los gimnasios y pabellones volver a operar en la capital del país, siempre y cuando se mantenga una distancia de seguridad. De ahí que no se permita jugar a fútbol, baloncesto o voleibol en un complejo cerrado. La cuarta y última fase empezará el 7 de mayo con la apertura de todo tipo de instalaciones, incluidas las piscinas.
La desescalada ha sido distinta en la ciudad más poblada del país. La Shanghai Adminitration of Sport establece que aún no se puede entrenar y que toda actividad física debe ser online. En la quinta y sexta mayor urbe del país, Tianjin y Chongquing, los gimnasios pueden abrir, pero deben tomar la temperatura de todos los clientes para permitirles o denegarles el acceso.
Los centros de fitness de las diez ciudades principales de China alcanzaron los 3.900 millones de dólares (3.436 millones de euros) en 2018
Asimismo, en Tianjin se restringe el número de personal, de aforo y se establece una distancia social de al menos 1,5 metros, mientras que en Chongquing los clientes deben entrenarse con máscara y acceder al club llevando su identificación. Los estadios pueden abrir, pero con un aforo limitado a 200 personas por partido.
En términos generales, la industria deportiva y de fitness del país se ha apoyado en la tecnología para regresar a la actividad. La mayoría de instalaciones deportivas de las 19 provincias y grandes municipalidades, como Shanghái y Pekín, se apoyan en la reserva online y el escaneo de los denominados códigos QR de salud, que permite a las instalaciones saber si el usuario tiene síntomas de Covid-19. Es un sistema que es necesario para utilizar le metro o registrarse en un hotel, y ahora también para acceder a centros deportivos.
Los ingresos de los centros de fitness de las diez ciudades principales de China alcanzaron los 3.900 millones de dólares (3.436 millones de euros) en 2018, lo que ubica al país asiático en el cuarto lugar entre los mercados del mundo, según informa Ihrsa en su tercera edición del informe Asia-Pacific Health Club Report. En total, se estima que hay 4,5 millones de abonados en el país.