Fitness
El culpable del Madrid Arena busca comprador para el Castellana Sports Club
22 mar 2017 - 05:00
El Castellana Sports Club cuelga el cartel de se vende. La compañía, propiedad del principal acusado del caso Madrid Arena, lleva varias semanas buscando un comprador del centro deportivo. El principal motivo es que, a su ubicación en la estación de Chamartín, que ha dejado de ser su gran fortaleza para convertirse en su mayor debilidad, se le suma la compleja situación de su dueño.
Disponer de buena conexión no implica necesariamente contar con una localización óptima para abrir un gimnasio. De hecho, fuentes del sector aseguran que el alto precio del alquiler de la instalación y el hecho de que el club no tenga entrada a pie de calle, sino a través de la estación, han provocado que su adquisición no sea una operación atractiva.
Además, como el complejo está en la misma estación de Chamartín, las vías del tren dividen el barrio, dificultan el acceso a la instalación y, por ende, limitan el número de abonados. Este efecto vía provoca que la población evite caminar por pasos a nivel o cruzar puentes, lo que afecta negativamente a la cartera de clientes del centro.
A diferencia de las cadenas que están abriendo en estaciones para aprovechar el tráfico de clientes de la zona, como McFit y AltaFit, la empresa madrileña ha ofrecido el gimnasio a la competencia para así poder abandonar este emplazamiento, como confirman a Palco23 dos de los principales operadores españoles. Esta decisión no afecta a la gestión diaria del centro, que continúa operando con normalidad a la espera de encontrar un comprador.
Se trata de un espacio de 7.000 metros cuadrados que cuenta con sala de cardio y musculación, tres espacios multiusos para actividades dirigidas, seis pistas de squash, dos de padel, spa, centro de nutrición, restaurantes y peluquería. El club rivaliza en el segmento premim con el Metropolitan ubicado en el número 259 del Paseo de la Castellana, el Zagros Sport de Puerta de Europa, ubicado en el número 16 de la calle Mauricio Legendre, así el Forus del número 2 de Av de Pío XII.
Castellana Sports Club está controlada por Canacur, una empresa fundada en 1984 y que desde 2011 administra Miguel Ángel Flores, organizador de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena donde fallecieron cinco jóvenes en 2012. Flores, propietario del gimnasio, levantó el complejo en 2008 para diversificar su actividad, hasta entonces centrada en el ocio nocturno.
Tras la tragedia del Madrid Arena, por la que el organizador fue declarado culpable de imprudencia grave y condenado a cuatro años de prisión, ha seguido ejerciendo de administrador único de la compañía. Según publicó el diario El Mundo en octubre de 2015, el centro arrastra pérdidas por valor de 500.000 euros anuales.