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Orangetheory Fitness convierte a Barcelona en su punta de lanza: abrirá al menos tres clubes en 2018

La cadena de centros boutique, que aterrizó hace un año España, inaugurará a finales de mes su segundo club en Madrid y crecerá en la capital catana con dos clubes propios y un franquiciado.

P. López

18 abr 2018 - 05:00

Orangetheory Fitness cerró 2017 con una facturación de 738 millones de dólares (595,4 millones de euros)

 

 

Orangetheory Fitness extiende la fiebre naranja a Barcelona. La cadena estadounidense de centros boutique está a punto de abrir su segundo centro en Madrid y, una vez logrado ese objetivo, centrará sus esfuerzos en crecer en la capital catalana. “Va a ser nuestra punta de lanza, este año abriremos tres centros, aunque tenemos en mente aumentar la cifra a cinco estudios”, afirma Carlos Ferrán, masterfranquiciado de la marca en España, a Palco23.

 

La idea es que los primeros clubes ya estén operativos en noviembre y, aunque aún no han cerrado definitivamente los contratos de los locales, se espera que se firmen en las próximas semanas. El gap de tiempo entre que se sella el contrato y se inaugura un club suele estar en tres o cuatro meses, por lo que el directivo asegura el objetivo de finalizar el año con tres clubes en Barcelona es asumible. “De cara a julio de 2019, la idea es contar con seis unidades abiertas”, manifiesta.

 

De los tres centros que se inaugurarán en los próximos meses, dos de ellos serán propios y uno franquiciado. “Es una manera de aumentar el reconocimiento de la marca y demostrar que el modelo funciona”, argumenta David Estébanez, director de desarrollo y expansión en España de Orangetheory Fitness. El responsable fichó por la marca a principios de año para pilotar su expansión, y asegura que Barcelona tiene potencial para convertirse en el emplazamiento más importante de la firma en el país.

 

 

 

 

“Tras crecer en Madrid, ahora tenemos que pasar toda la potencia a Barcelona. Queremos abrir un mínimo de tres, pero es una ciudad que tiene un mayor potencial porque hay mayor número de usuarios, de cultura de fitness y cuesta menos encontrar un local que en Madrid”, aclara Ferrán.

 

La inversión estimada para abrir un club de 300 metros cuadrados oscila entre 450.000 euros y 500.000 euros, y el plan de negocio prevé que en esta primera fase de expansión un centro alcance una media de 600 usuarios mensuales. En Estados Unidos, esta cifra aumenta a entre 800 y 1.000 clientes al mes. Por el momento los locales que tantean están a pie de calle y en zonas de poder adquisitivo medio-alto como la zona del Eixample, Sarrià y la Bonanova.

 

En un futuro, no se descarta entrar en centros comerciales o habilitar espacios dentro de otras cadenas. “Estados Unidos tiene un plan para la segunda fase, y seguramente ese plan contemple entrar en otros gimnasios. Pero por ahora la idea es copar el mercado”, aclara Estébanez.

 

 

 

 

Respecto a la relación con los franquiciados, el directivo afirma que buscan a socios con visión comercial y de negocio, así como vocación de multifranquiciado. “Algunos directamente nos han dicho que quiere abrir más de un club y otros se han interesado en invertir a raíz de haber sido clientes”, comenta el director de expansión.

 

“La relación es de partner, tanto desde la masterfranquicia con Estados Unidos como nuestros socios en España. No queremos cambiar nada de lo que propone la central, pero tenemos que adaptarlo al mercado doméstico”, dilucida Carlos Ferran. A diferencia del país estadounidense, en España se le da más espacio a la zona de duchas, motivo por el que los estudios deben tener al menos 300 metros cuadrados.

 

“También consideramos que aquí tenemos que tener una relación más fluida con las empresas para trabajar el área corporate, algo que en EEUU no es tan necesario. El mercado es diferente, pero el producto es el mismo, por eso el modelo es escalable”, apunta, como factor diferencial de la estrategia de la marca en España.

 

 

 

 

Crecer en Europa es uno de los principales objetivos que se ha marcado la cadena. Ya lo comentó Dave Long a este diario, al afirmar que el viejo continente se convertiría en el principal mercado de crecimiento de la empresa. De ahí que la cadena haya fichado como presidente internacional al español Carlos Vidal, con experiencia en multinacionales que operan con el sistema franquicia, para pilotar su expansión internacional y especialmente en esa región. Ahora mismo se está buscando vender la masterfranquicia a un socio en Francia, donde la penetración en el fitness ronda el 7,8%.

 

También se ha creado un equipo internacional especializado para llevar a cabo este crecimiento “de manera estructurada y organizada” y “canalizar la información con EEUU”. Entre las divisiones que conforman ese equipo está el departamento de arquitectura y construcción, de apoyo al franquiciado, de ventas y de márketing.

 

La compañía cerró 2017 con una facturación de 738 millones de dólares (595,4 millones de euros), un 7,5% más que el año anterior. Durante el año pasado inauguró 294 estudios a nivel mundial y firmó 291 contratos de franquicia con el fin de alcanzar los 1.000 millones de dólares de facturación en 108.