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Reventa y entradas sin nombre, claves del fiasco reputacional del FC Barcelona
Más de 30.000 alemanes se dieron cita el pasado jueves en el Camp Nou para presenciar la vuelta de la eliminatoria de la Europa League. Según la Uefa, apenas podían presenciar el encuentro 5.000 alemanes, algo que no ocurrió.
20 abr 2022 - 05:00
Reventa de entradas, regates al bloqueo IP y touroperadores culpables. Son los ingredientes que provocaron la inédita escena del partido entre el Eintracht de Frankfurt y el FC Barcelona del pasado jueves, cuando el club alemán eliminó de la Europa League al club español ganando en campo contrario y con más presencia que nunca del club visitante en las gradas. La situación ha derivado en una crisis reputacional que acecha a la junta directiva que lidera Joan Laporta.
Ayer, el presidente del club tuvo que salir de nuevo a la escena pública para dar explicaciones sobre lo ocurrido y para señalar a un culpable: la empresa touroperadora que vendió parte de las entradas a los aficionados rivales del FC Barcelona. Sin embargo, los expertos en relaciones pública y gestión de crisis señalan los errores del club al adoptar una actitud de víctima, sin asumir directamente la responsabilidad de lo ocurrido.
Habitualmente, los touroperadores son los encargados de vender un porcentaje minoritario de entradas entre los clubes de Primera División, si bien la cantidad de tickets varía en función de las localidades de un estadio o la cantidad de personas procedentes de otros territorios que puedan acudir a los campos de fútbol.
En el caso del FC Barcelona, la cantidad de turistas que visitan diariamente la ciudad hace que, habitualmente, el número de extranjeros en las gradas del Camp Nou sea superior a la que se da en otros campos de Primera. El control, es, no obstante, laxo: hasta ahora, las entradas no eran nominativas, y cualquier aficionado podía acudir al estadio del FC Barcelona con una entrada comprada por un tercero.
Habitualmente, el FC Barcelona hace un seguimiento de la venta de sus entradas hasta el momento en que se ejecuta la transacción. Una vez esto ocurre, el conjunto azulgrana ignora si la persona que entra en el estadio con el ticket correspondiente es la misma que ha comprado la entrada. El propio club reconoció ayer que hay “grupos organizados”, con carnets del FC Barcelona, que se encargan de revender entradas que les han sido adjudicadas.
La peculiar escena de las grades en el partido contra el Eintracht deriva en buena medida de esta práctica. Las prácticamente 30.000 entradas que vendió el club a través de su página web recayeron a espectadores procedentes de Frankfurt, después de que algunos socios y otros aficionados revendiesen las entradas por un precio superior al que las adquirieron.
“El club no vendió entradas a los alemanes más allá de las 5.000 reglamentarias de la Uefa, por lo que nos sentimos responsables, pero no culpables”, señalaba ayer el presidente de la entidad, para explicar cómo pudieron entrar en el feudo azulgrana tantos aficionados del equipo rival. Junto a esta afirmación, Laporta se encargó ayer de señalar a un culpable: el touroperador PU Corporate Hospitality, a quien se le ha rescindido el contrato.
“Ha habido un fallo con la puesta en escena de esta crisis, ya que están victimizándose, pero sin asumir responsabilidades”, explica a Palco23 Luis Serrano, director general de Señor Lobo&Friends, agencia española de comunicación de crisis y emergencias. El ejecutivo sostiene que lo más importante en aquel momento era la protección del aficionado, ya que podría haber ocurrido un desastre como un enfrentamiento entre fans o inclusive una avalancha.
FC Barcelona ha rescindido el contrato con el touroperador PU Corporate Hospitality
Tras este incidente, el FC Barcelona anunció ayer cambios en su política de ticketing. A partir de ahora, “en los partidos especiales tanto internacionales como de Liga o de Copa, se aplicará el sistema de entradas nominativas digitales”, señaló Laporta. La medida comenzará a aplicarse el próximo 22 de abril en el partido del Barça Femenino contra el Wolfsburgo de Champions League.
La asistencia al del jueves encuentro fue de 79.468 espectadores, de los cuales 37.746 eran abonados y 35.725 entradas procedieron de la venta de entradas (1.290 de venta VIP y 5.000 para aficionados alemanes). Además, el club repartió 2.425 invitaciones y las 3.572 personas restantes pertenecían a la operativa de un día de partido.
Según el club azulgrana, de las 29.435 entradas vendidas (descontando las 5.000 que se envían al club contrario), 1.500 entradas se vendieron en taquillas (que sólo se venden con identificación), 23.427 entradas vendidas online y 3.670 tickets a través de touroperadores.
“Rechazamos 27.201 compras por IP o tarjeta alemana”, señaló el vicepresidente Juli Guiu. Pese a ello, el presidente azulgrana ha cifrado en más de 7.000 socios que actuaron de forma irregular, comprando tickets para más tarde revenderlos a aficionados alemanes.
“Es triste, pero hay socios abonados que dieron su entrada a aficionados del equipo rival”, recalcaba el presidente de la entidad azulgrana. Según el club, se esperaba que el grueso de alemanes desplazados a Barcelona acudiesen sin entrada, “pero enseguida vimos que entraban alemanes y no habíamos trabajado con estas previsiones de asistencia visitante”, suscribía Miquel Venteo, jefe de seguridad del Barça.