Competiciones
Javier Guillén (La Vuelta): “El escenario post Covid-19 dejará muchas oportunidades corporativas”
El director general de la competición ciclista considera que muchos eventos cambiarán de manos en los próximos años, en los que los efectos económicos de la pandemia modificarán el mapa de la industria deportiva.
19 jun 2020 - 04:59
El sector deportivo se enfrenta a una de las etapas de mayor incertidumbre sobre su futuro a corto y medio plazo. Las propiedades deportivas y las gestoras de competiciones consideran que no se puede medir su impacto hasta cerrar el año, pues las temporadas aún están en curso o regresarán tras el verano. Para Javier Guillén, director general de La Vuelta, habrá “muchas oportunidades para realizar operaciones corporativas”, ya que muchos eventos “necesitarán recursos económicos y habrá empresas con buena posición de caja para que no desaparezcan”. La Vuelta, sin embargo, cerrará 2020 en números negros.
Pregunta: Parece que el ciclismo ha estado de moda durante el confinamiento. ¿Se traducirá en un aumento de la práctica y la audiencia a medio plazo?
Respuesta: Sí, está claro que todo suma. Al final, si somos capaces de crear afición, es lo que queremos ver reflejado en las referencias profesionales, que son la última parte de la pirámide. Evidentemente, una cosa es la práctica, y otra la del ciclismo como producto de entretenimiento, pero todo forma parte de un mismo universo. Que haya un repunte en la práctica redundará en las audiencias y por eso es la parte que tenemos que seguir impulsando.
P.: ¿Cómo afectará la crisis del coronavirus al sector, sea a retailers, equipos o a la propia La Vuelta?
R.: Son dos cosas distintas, una cosa son las ventas y otra el ciclismo profesional. Ojalá que la afición que se ha generado sirviera para soportar nuestras estructuras, pero no es así porque somos un deporte muy global. Nuestro nicho de mercado es tanto el que practica ciclismo, como el que quiere disfrutar de un entretenimiento televisivo o a pie de carretera. Obviamente, que haya afición nos ayuda, pero los déficits económicos van a llegar porque afecta a aquellos que nutren nuestro negocio: las empresas patrocinadoras y las televisiones.
"Nuestro consumidor audiovisual no es sólo el practicante, sino quien disfruta en un espectáculo deportivo"
P.: ¿Hay alguna estimación de cómo puede impactar la crisis al sector ciclista?
R.: Si el patrocinio cae nos arrastra a todos. Aún hay mucha incertidumbre porque no se sabe si va a ser una crisis en uVe, en U o qué tipo de crisis va a ser. Lo único que sabemos es que entramos de la noche a la mañana y no estábamos preparados para afrontarla, pero también es cierto que creo que entramos más fuertes y en un escenario de bonanza económica. Ahora nos toca estar preparados, pero tenemos la esperanza de que saldremos rápido, en torno a 2022 o 2023, si lo comparamos con la anterior de 2008.
P.: ¿El Covid-19 dará lugar a una etapa de operaciones corporativas en el sector de la gestión de eventos deportivos?
R.: Habrá muchas oportunidades. Muchos eventos necesitarán recursos económicos y habrá empresas que tendrán caja para adquirirlos. Es ley de mercado y será necesario. Lo negativo sería que los eventos desaparecieran y no es malo que algunas compañías aprovechen las oportunidades para rescatar eventos.
P.: ¿En qué posición estará España dentro de esos movimientos?
R.: Creo que tenemos un tejido empresarial y deportivo muy fuerte. El miedo es perder eventos, y eso creo que pasará, aunque espero que sobrevivan siendo adquiridos por otros operadores. España ha conseguido atraer torneos muy importantes. MotoGP se está apoyando mucho en España, el tenis ha logrado una gran influencia, La Vuelta se ha consolidado como producto en el extranjero… Creo que las empresas del país tienen capacidad para afrontarlo.
"Si el patrocinio cae, nos va a arrastrar a todo el ciclismo"
P.: ¿Teméis que en un momento de recorte de las inversiones los espónsors vayan a deportes que sean más de masas?
R.: Lo que me preocuparía es que hubiera una política de recorte general en el deporte. Si la política es de sostenimiento con salidas puntuales de patrocinadores, nosotros estamos muy bien situados. La Vuelta y el ciclismo es un deporte con raíces locales, con vocación internacional, que registra buenas audiencias y tiene un gran alcance. Estamos en la pantalla, en la carretera y recorremos 3.500 kilómetros cada año, así que creo que estamos en el grupo de los fuertes, los que tienen capacidad de resistir.
P.: Hay clubes que no están en ese grupo de entidades fuertes. ¿Cómo les impactará a estos equipos?
R.: Hay equipos que ya han manifestado que están en una situación muy complicada y tienen la necesidad de que hubiera carreras. Los clubes viven de la exposición publicitaria de los espónsors, así que de no correr, habrían cerrado a cero el año. Mitchelton o CCC están buscando nuevos inversores en sus estructuras y la Unión Ciclista Internacional (UCI) ya ha reconocido que los equipos serán los que más dificultades atraviesen, pero entre todos tenemos que ayudarlos.
P.: ¿Hay diferencias respecto a la crisis de 2008 y la forma en la que respondieron entonces los patrocinadores en el sector ciclista?
R.: Sin duda. Nuestra crisis de 2008 venía unida a otra propia del ciclismo, la de 2005, que es la del dopaje. Aquel año nosotros redujimos al mínimo la estructura de la compañía para contener los costes, pero trabajamos para rediseñar el producto y darle una nueva identidad a La Vuelta. Nosotros, como gran parte del sector, teníamos una gran dificultad de firmar contratos a medio plazo, pero ahora todos los nuestros tienen acuerdos a tres o cinco años, lo que nos sitúa en una situación de mayor fortaleza. Ahora bien, la primera línea que recortan las empresas es publicidad y patrocinio, así que habrá que ver.
"Afrontamos esta crisis en una posición saludable; en 2008 arrastramos la crisis económica y la de dopaje de 2005"
P.: Para una industria tan global como el deporte, ¿cómo afecta la restricción en la movilidad?
R.: Hay dos escenarios, uno con vacuna y otro sin ella. En el momento en el que tengamos la vacuna, ya será totalmente diferente. Creo que la gente lo que quiere es volver a la normalidad, no a la nueva, sino a la de antes. Mientras la vacuna no exista, tendremos que tomar una serie de medidas y restricciones pero tampoco sabemos la estacionalidad que tendrán, porque desconocemos qué va a pasar ni el año que viene ni el mes que viene, así que es complicado anticipar escenarios para el ciclismo.
P.: ¿El ciclismo se puede plantear implantar un fee mayor a las ciudades por ser sedes, similar a competiciones como MotoGP o Fórmula 1?
R.: El fee es necesario porque aportamos un valor añadido y un retorno económico a las ciudades, pero hay que dimensionarlo a cada evento. Si lo que quieres es subir ese precio, tienes que crear eventos cada vez más fuertes para tener demanda y, sobre esa demanda, acoplar su oferta. Pero lo que no se puede hacer es comparar, porque MotoGP y F-1 se disputan por todo el mundo y hacen escala sólo un fin de semana. Además, nosotros no tenemos taquilla, entre otras líneas de negocio. ¿Podríamos hacer un evento de estas competiciones durante tres semanas en un país sólo y cobrar por ello? Ninguno puede porque son modelos de negocio diferentes.
P.: ¿Afecta a las competiciones de ciclismo que no haya público, aunque no facturen por ticketing?
R.: Lo que no podemos establecer son criterios de generalidad dentro de una situación excepcional. Ahora lo que debemos hacer todos es salvar el negocio. Ahora estamos viviendo el efecto del fútbol y es incuestionable que debe haberlo, pero a cambio han sacrificado jugar sin público. Nosotros tenemos que ser conscientes de que tenemos otras desventajas: no habrá tanto público porque será mes laboral y no es verano. Pero tenemos otras fortalezas como que es gratuito y que se retransmite en abierto. También depende de las instrucciones que recibamos del Ministerio de Sanidad.
P.: ¿Se puede controlar el aforo en un evento al aire libre?
R.: Es absolutamente posible. Lo primero que tenemos que localizar son las zonas en las que creemos que puede haber gente. Si es en ciudad es cortando calles y si es en un puerto de montaña, restringiendo la circulación. Además, dado que son etapas de muchos kilómetros, podemos conseguir que la gente esté más separada. Si hubiera que hacer un control, no tendríamos problemas.