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El Real Madrid tira de ‘magia’ contable para asegurar la continuidad de beneficios en 2019-2020
9 sep 2019 - 05:00
“Es muy difícil encontrar errores en las cuentas del Real Madrid”. Es una expresión habitual que utilizan auditores y ejecutivos de la industria del fútbol al hablar de las cuentas del club, que un año vuelve a demostrar cómo también sabe jugar con la contabilidad a su favor. La entidad presidida por Florentino Pérez se anotó un gasto extraordinario de 46,33 millones de euros 2018-2019 por una hipotética devaluación de plantilla, aprovechando que la salida de Cristiano Ronaldo iba a dejar un beneficio neto de prácticamente 100 millones de euros. Ahora, en 2019-2020 revertirá ese deterioro para no tener que reducir el gasto y poder presentar un beneficio antes de impuestos de 41,4 millones de euros, según la documentación a la que ha accedido Palco23.
Este movimiento permitirá acelerar de forma importante el gasto, que crecerá a un ritmo muy superior al de los ingresos. La dirección contempla una cifra de negocio de 822,13 millones de euros en la presente temporada, un 8,6% más apoyado por la entrada en vigor del nuevo contrato con Adidas y la recuperación del merchandising. En cuanto a los gastos, destaca el aumento del 15,8% en la partida de salarios, hasta 456,5 millones, y del 44,6% en amortizaciones de inmovilizado tras gastar 274 millones de euros en el último mercado de fichajes.
Pérez ya aprobó la creación de este cojín financiero en el verano de 2018, una fórmula habitual en los despachos del Santiago Bernabéu para aprovechar los elevados excedentes a la hora de hacer provisiones que después puedan liberarse en un momento puntual. Es, ni más ni menos, lo que hizo también el Athletic Club la temporada pasada al dotar los 76 millones de euros de beneficio que iba a presentar tras varios traspasos récord. Entonces, el mensaje era el mismo que el que ronda por los despachos de la Ciudad Real Madrid: “Para cuando sea necesario”.
El Real Madrid ha ido creando cojines financieros en años con altos beneficios que va liberando en años donde requiere de mayor capacidad de gasto
Muestra de que el club ha ido creando esa especie de colchones por prudencia contable es que en balance aún dispone de 16 millones de euros en provisiones, después de que en 2018-2019 ya pudiera engordar el beneficio neto en 9,5 millones, hasta 38,4 millones de euros, gracias a la reversión de parte de esa partida. ¿La razón? “Desaparecer las causas que motivaron su dotación”, explica la memoria anual de 2018-2019, que se hará pública el próximo 15 de septiembre en asamblea de compromisarios.
Para 2019-2020, la fórmula elegida ha sido finalmente otra, pues en principio la provisión iba a realizarse mediante el deterioro del valor de sus instalaciones aprovechando que se abrían las puertas a la remodelación del estadio. Sin embargo, finalmente ha sido a través de una corrección del valor estimado “de realización de determinados activos del inmovilizado intangible deportivo”. En términos más sencillos: ahora no es que el ladrillo blanco valga menos que antes, sino que es el precio de mercado de algunos futbolistas lo que consideran que se ha perdido.
Ahora bien, la reversión de esas dotaciones no son las únicas vías de que dispone el Real Madrid para mantener la generación de beneficios en 2019-2020, tal y como ha hecho de forma ininterrumpida desde el 2000. Tras un verano en el que abiertamente se han tratado las salidas de Gareth Bale y James Rodríguez, la entidad dirigida por José Ángel Sánchez ha decidido clasificar jugadores como activos a la venta por 79 millones de euros. De esta manera, sus traspasos por ese importe permitirían preservar ese cojín un año más si se concretan antes del 30 de junio.
Es un importe que se añadiría a los 94 millones netos que ya se han presupuestado por salidas, pues este verano se han oficializado los pases de Mateo Kovacic al Chelsea FC (45 millones); Marcos Llorente al Atlético de Madrid (30 millones); Raúl de Tomás (20 millones; Theo Hernández (20 millones), y Keylor Navas (15 millones). De esta manera, alcanzaría su récord histórico en plusvalías netas por la comercialización de derechos federativos, pues sería la primera vez que rebasaría los 100 millones de euros por este concepto.
Aunque en el club asumen que su intervención en el mercado de fichajes cada vez formará más parte del negocio recurrente, su idea siempre ha sido la de que el beneficio neto no dependa de ello. Como tampoco de cuestiones extraordinarias más ligadas al ámbito judicial. Ahora bien, las cuentas de 2019-2020 también incluyen el ingreso extraordinario de 20,3 millones de euros que le debe el Ayuntamiento de Madrid, después de que el Tribunal General de la Unión Europea (Tgue) anulara la decisión de la Comisión Europea (CE) que calificaba una operación urbanística como posible ayuda de Estado. La sentencia se produjo en mayo de 2019 y la reclamación del club de la devolución de su dinero fue automática, sin que por el momento ha obtenido respuesta por el impase en el que se instaló la política española tras el último ciclo electoral.
En el frente legal, el Real Madrid también está pendiente de que se resuelvan sus reclamaciones a la Agencia Tributaria, contra la que el club ha recurrido ante el Tribunal Supremo para que le devuelva siete millones de euros. Todo a raíz de la resolución que la Comisión Europea (CE) publicó en 2016 en la que se aseguraba que los clubes sociales que competían en LaLiga (Madrid, Barça, Athletic y CA Osasuna) se beneficiaban de una fiscalidad más favorable que el resto. En este sentido, el club blanco encargó un estudio para analizarlo y comprobó que, al contrario de lo dicho, le estaba perjudicando.
El club está pendiente de la resolución de litigios con el Ayuntamiento y Hacienda a raíz de la investigación de Bruselas
En paralelo, la dirección sigue pendiente del Tribunal Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, donde en febrero de 2019 presentó formalmente la demanda contra el grupo petrolero Ipic, actualmente integrado en Mubadala, por rescindir unilateralmente el contrato de patrocinio que le aseguraba los title rightsdel Bernabéu. El movimiento, adelantado por Palco23, también supondría una entrada extra de ingresos, bienvenidos para un área comercial que en 2018-2019 se estancó en 295 millones de euros, evidenciando los problemas que la firma de inversión Providence va a tener para recuperar su inversión en esta división del Real Madrid.
Lo que sí ha conseguido Florentino Pérez es que esta cuestión no afecte al futuro del estadio, para lo que este año ha firmado un crédito sindicado de 575 millones de euros dividido en tres tramos, por el que la primera aportación de recursos ha llegado en julio de 2019 y lo volverá a hacer en los mismos meses de 2020 y 2021. El préstamo incluye tres años de carencia en los que no deberá volver el principal y sólo abonará intereses, además de que el tipo de interés será fijo del 2,5%. Según el plan elaborado, entre 2023 y 2049 se abonará una cuota anual de 29,5 millones de euros.
Key Capital Partners ha actuado como asesor financiero y coordinador para el Real Madrid, mientras que la financiación ha sido estructurada por JP Morgan y Bank of America Merrill Lynch con la colaboración de Banco Santander, con el que paralelamente tiene un préstamo de 50 millones de euros asegurado con las cuotas de socios, y de Société Générale; CaixaBank actúa como agente de la operación.
Los bancos han aceptado que las únicas garantías de la operación sean los ingresos futuros del estadio, que se estima que generará 150 millones de euros anuales respecto al actual. Otro elemento favorable es el nulo endeudamiento neto de la entidad, que ni siquiera ha echado mano de las líneas de crédito que mantiene abiertas por 285 millones de euros. De hecho, el club sostiene que su endeudamiento neto es negativo en 27,1 millones,al ser mayor la suma de la tesorería (155 millones en caja) y de los deudores por traspasos que los saldos acreedores por inversiones, deuda bancaria y anticipos. Nuevamente, y por traducirlo a un lenguaje más sencillo: el Madrid está en disposición de salir al mercado de fichajes sin comprometer su viabilidad.