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El Rayo Vallecano no podrá jugar en Vallecas en las próximas semanas por riesgos
La Comunidad de Madrid ha decidido clausurar el estadio hasta que concluyan las obras de remodelación iniciadas, previsiblemente a mediados o finales de octubre. El club había rechazado jugar inicialmente fuera de casa hasta que acabaran los trabajos.
27 ago 2018 - 19:55
El Rayo Vallecano ha puesto en riesgo a sus aficionados, pero también ha provocado un problema logístico a LaLiga. La competición ofreció al club modificar su calendario para que las primeras jornadas no tuvieran que jugar en Vallecas hasta que finalizaran los trabajos de remodelación. La entidad lo rechazó, y ahora se verá forzado a ello después de que la Comunidad de Madrid haya decidido clausurar el recinto hasta que acaben las obras, con un coste estimado de 1,8 millones de euros.
La patronal señala que el Ejecutivo autonómico le ha comunicado hoy “su resolución de no celebrar ningún evento deportivo con asistencia de público en dicho estadio, desde el 1 de septiembre de 2018 hasta la finalización de las obras que se están llevando a cabo”, y que podrían no estar listas hasta mediados o finales de octubre. Esta decisión ha obligado a aplazar el partido contra el Athletic Club “por causas de fuerza mayor”, mientras que ya se ha empezado a buscar alternativas para las visitas de Deportivo Alavés y RCD Espanyol.
La organización presidida por Javier Tebas señala que “trabajará para encontrar la solución más satisfactoria posible para todas las partes”. La solución podría venir por un acuerdo con los otros equipos afectados para alterar el orden de la ida y la vuelta, de forma que el Rayo jugara como visitante esos partidos ahora y como local en el segundo tramo de la temporada. Un problema adicional para un club enfrentado con un importante sector de su afición, que ha respondido al ascenso con la compra de más de 13.000 abonos para 2018-2019.
La noticia, adelantada por Marca, se ha producido después de que la constructora Fonsan pidiera una prórroga para culminar los trabajos y una petición de no dejar que haya público en las gradas para extremar las medidas de seguridad. Ya en la primera jornada, un menor cayó a unos escombros sin sufrir lesiones importantes, pero evidenciando los déficits de una instalación pensada para albergar partidos de fútbol profesional.
Los trabajos deben resolver los problemas de accesibilidad al recinto y a los graderíos principales desde el interior. Por ejemplo, se repararán todos los aseos que usan los aficionados, y que en la actualidad no tienen iluminación ni cierres, en muchos casos. También se habilitará una rampa que dará acceso a la tribuna preferente, se sustituirá la barandilla que separa el terreno de juego de las gradas y se instalarán puertas de evacuación.
Por otro lado, se renovarán todos los asientos y se arreglarán y ampliarán las escaleras. A nivel estructural, se contempla “paliar los problemas de humedades detectados en distintos puntos del estadio, sobre todo, en los graderíos bajos del edificio”. Además, se asegurará la estructura, se eliminará la oxidación de diversos elementos metálicos de la cubierta y los vallados, y se repararán las fachadas exteriores y los pasillos interiores.