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Compraventa de plazas y 200.000 euros de presupuesto: ¿Cómo tener un equipo en la Superliga Orange?

Nuevos clubes aterrizan en la élite de los eSports en España gracias a su músculo financiero, mientras que el resto de entidades intenta mantener su nivel con diferentes estrategias.

Guillermo G. Recio

11 oct 2017 - 04:57

Compraventa de plazas y 200.000 euros de presupuesto: ¿Cómo tener un equipo en la Superliga Orange?

 

La industria de los eSports vive un momento dulce: entrada de inversores, interés de los patrocinadores y nuevos espectadores que desconocían la alta competición de los videojuegos. En España, el pasado fin de semana arrancó la nueva temporada de la Superliga Orange, que organiza la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), con un presupuesto medio de 200.000 euros por club y con algunos recién llegados a la élite gracias a la chequera de sus dueños.

 

Es el caso de Movistar Riders, que pocos meses después de dar entrada en su capital a la telecos española compró la plaza de Origen. Algo similar ocurrió también con Mad Lions, un club fundado este mismo junio y que ha logrado financiación para quedarse con la plaza del Valencia CF eSports. Fuentes de la industria señalan a Palco23 que estas dos operaciones se sitúan en torno a los 100.000 y 150.000 euros, respectivamente.

 

Existe la posibilidad de ascender y descender, con un partido a vida o muerte entre el último clasificado de la Superliga Orange y el primer clasificado de Segunda, pero el club Asus Rog Army logró imponerse a Team Heretics, lo que le permitió mantener la categoría. Ante la difícil combinación para llegar a la máxima competición del videojuego League of Legends (LoL), la vía de tirar de recursos propios para acceder a ella es la mejor opción, opina el consejero delegado de uno de los recién llegados.

 

Las dos incorporaciones suponen la entrada de dos “clubes fuertes”, destaca el manager de un conjunto con trayectoria en el torneo. “Un proyecto sólido puede estar pagando entre 25.000 euros y 30.000 euros en salarios al mes”, algo que no es asumible por la mayor parte de clubes. Diversos directivos del sector comentan que para este año el presupuesto medio de un club se situará en torno a los 200.000 euros anuales.

 

Sin embargo, algunos de ellos pueden alcanzar los 250.000 euros fácilmente. “Depende de los jugadores de League of Legends, que es lo más profesional actualmente, y si el club cuenta con varios equipos de videojuegos”, ya que también hay ligas para CS:GO, Call of Duty y Crash Royale. De hecho, de los ocho conjuntos de la competición de LoL, sólo el G2 Vodafone no cuenta con una plantilla más para uno de los otros tres juegos.

 

 

Además de destinar recursos a la plantilla es necesario invertir en el back office, ya que según las bases de inscripción de la LVP para la Superliga Orange, es imprescindible operar bajo una sociedad limitada, ser propietario del nombre y logo del club, y contar con una estructura deportiva mínima (director deportivo, manager, entrenador, responsable de comunicación o redes sociales). También es necesario que todos los jugadores contratados estén dados de alta en la Seguridad Social; contar con un proyecto deportivo aplicable; tener un plan de negocio viable, y desarrollar un plan de contenidos y de comunicación para la temporada.

 

Para combatir las diferencias entre proyectos impulsados por marcas in house como Asus, por clubes deportivos como el Baskonia o por una teleco formando parte del accionariado, el pasado año se llegó a un acuerdo entre los clubes. El pacto, en el que la organización no tenía poder de intervención, se basaba en un límite salarial de 1.500 euros mensuales para cada jugador, con la excepción de un jugador franquicia al que no se le impone ningún tope.

 

Sin embargo, esta temporada no han conseguido ponerse de acuerdo y no habrá ninguna restricción, algo que algunas entidades critican por la descompensación de la competición. En este aspecto, también cabe destacar que la mayoría de contratos con los jugadores son por una temporada, es decir, cuatro meses.

 

“Hay una gran imposibilidad de hacer planes a más de un año vista, hay mucha volatilidad”, indica un responsable. Una de las soluciones es aumentar las cláusulas de rescisión, ya que en algunos casos se han desembolsado cantidades cercanas a los 20.000 euros por un jugador a mitad de temporada.

 

Por ejemplo, los recién llegados Mad Lions han fichado a la mayoría de la plantilla de League of Legends del Baskonia, que fue campeón la temporada pasada. El conjunto madrileño también ha contratado a parte del personal de otros clubes, como entrenadores o psicólogos.

 

Por ello, los clubes empiezan a explicar a los jugadores su visión estratégica y a intentar convencerlos gracias a intangibles como la academia y la estructura de club por parte del Baskonia o al background de agencia de márketing deportivo que aporta Seven Mila a su club Kiyf, una cuestión ya habitual en el mundo del deporte tradicional. ¿Lograrán los clubes de eSports retener talento con un proyecto de futuro al estilo La Masia?