El COI cede y abre la puerta a aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 abren finalmente la puerta a su aplazamiento. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha acabado cediendo a la presión de algunas de las mayores federaciones de todo el mundo y ha decidido contemplar la posibilidad de posponer una cita que debía disputarse entre el 24 de julio y el 9 de agosto.

Por ahora, no hay decisión sobre si finalmente habrá cambio de fecha o cuándo se podrían celebrar, a la espera de tomar una decisión definitiva en un plazo de cuatro semanas. La negociación no es sencilla, pues por un lado incluye a las autoridades japonesas que han invertido miles de millones en obras; por otro, a los atletas y las federaciones nacionales e internacionales, y, por último, a televisiones y patrocinadores.

“Este paso permitirá una mejor visibilidad del desarrollo rápidamente cambiante de la situación de la salud en todo el mundo y en Japón; servirá como la base para la mejor decisión en interés de los atletas y todos los demás involucrados”, señala el COI sobre el objetivo de este grupo de trabajo.

La constatación de que la crisis provocada por el coronavirus tardará en atajarse ha acabado pesando en la decisión del organismo, que a principios de esta semana se mostró contrario a la suspensión. “Con más de cuatro meses antes de los Juegos no hay necesidad de tomar decisiones drásticas en esta etapa”, señaló el 17 de marzo, tras una reunión telemática con los comités olímpicos nacionales.

El presupuesto de los Juegos de Tokio 2020 supera los 11.200 millones de euros tras varios ajustes

Sin embargo, durante los últimos días se han multiplicado las presiones por parte de atletas y federaciones nacionales, como las de atletismo y fútbol en España, o las de atletismo y natación en Estados Unidos. Todas ellas consideran que, si bien no debe olvidarse el impacto económico, tampoco pueden dejarse a un lado las cuestiones deportivas. 

“No se dan las circunstancias que garanticen una preparación adecuada, y poder competir en igualdad de condiciones con el resto de los/las atletas del Mundo, sin poner en riesgo en ningún momento su salud”, sostenía en organismo presidido por Raúl Chapado. Actualmente, hay países en los que sí se permite el entrenamiento a puerta cerrada, mientras que en otros, como España, está absolutamente prohibido.

Fuentes del comité organizador admitían esta mañana a Reuters que, por primera vez, les habían encargado la simulación de distintos escenarios: competir a puerta cerrada; competir, aunque con menos pruebas de las habituales, o aplazar la celebración del evento uno o dos años.

El objetivo es reducir el impacto económico que tendrá esta decisión para el movimiento olímpico, pero especialmente para Japón, después de haber cerrado el presupuesto de Tokio 2020 en 12.600 millones de dólares (11.269 millones de euros), tras realizar diferentes ajustes económicos durante los últimos tres años.

Según la firma de inversión SMBC Nikko Securities, el producto interior bruto (PIB) del país se reducirá en un 1,4% interanual en caso de suspenderse el evento por temor al coronavirus.