Competiciones
Fútbol femenino, fútbol sala y Asobal, ante el reto de dar la talla y profesionalizarse
La temporada 2022-2023 supondrá cambiar el panorama del deporte profesional, pero también responder a muchas cuestiones, entre ellas si los clubes podrán hacer frente a los deberes que implican como auditar sus cuentas.
31 ago 2022 - 05:00
España pasará a tener el doble de ligas profesionales. A LaLiga Santander, LaLiga Smartbank y la Liga Endesa de baloncesto, se le sumarán entre 2022-2023 y 2023-2024, la Liga Profesional de Fútbol Femenino (Lpff), la liga Asobal de balonmano y la Liga Nacional de Fútbol Sala (Lnfs).
La profesionalización de las nuevas ligas es posible con la tramitación de la nueva Ley del Deporte que elimina la obligación de convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) para competir en una liga profesional, facilitando el proceso.
Este panorama implica cambiar el panorama del deporte profesional, pero también surgen muchas cuestiones, entre ellas si los clubes podrán hacer frente a los deberes que implica esta catalogación, como auditar sus cuentas o tener estructuras más sólidas.
La profesionalización permite comercializar los derechos de manera conjunta
El año pasado, la Lpff fue considerada profesional por parte del Consejo Superior de Deportes (CSD), marcando el camino al resto de competiciones, de manera que para 2022-2023 ya disputará su primera temporada con esta condición, aunque hará falta ver si podrá cumplir con todos los requisitos pertinentes. El resto de competiciones tendrán que esperar al menos un curso, pero esta temporada ya tendrán que empezar con el proceso de transformación.
La profesionalización permitirá, entre otras ventajas, comercializar de manera conjunta los derechos televisivos, lo que repercute en la competición y en el nivel retributivo de los jugadores. Sin embargo, en todos los casos esto implica también actualizar los convenios colectivos y coordinarse con la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) y la Real Federación Española de Balonmano (Rfebm).
En el caso de la Lpff, el primer enfrentamiento con la Rfef se produjo por el sorteo del calendario liguero y por la limitación de las jugadoras extranjeras, mientras que Asobal y Rfebm arrastran décadas de discrepancias, igual que entre la Lnfs y la Rfef.
En el caso de la liga femenina, los clubes para esta temporada contarán con una ayuda de 16 millones de euros destinados a acometer las mejoras estructurales necesarias para la competición, con cargo a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Además, el Gobierno tiene el compromiso de aportar cinco millones de euros por temporada a la constitución del organismo de la liga que permitirán diseñar planes estratégicos.
La exdirectora general de Deporte del Gobierno del Principado de Asturias y antes jugadora, entrenadora y presidenta del Oviedo Moderno, Beatriz Álvarez, será la encargada de pilotar el proyecto que empezará el próximo 10 de septiembre. La directiva trabaja a contrarreloj este verano para crear una estructura directiva y preparar la primera temporada de la competición.
De hecho, mañana concluye el plazo para pujar por los derechos de la competición para los próximos tres, cuatro o cinco años.
Además, la competición, que ya cuenta con calendario, llegó a un acuerdo con LaLiga para que la patronal sea el agente comercial exclusivo de la nueva competición para las próximas cinco temporadas.
Asobal y Lnfs siguien los pasos del fútbol femenino
Tras los pasos de la liga femenina, Asobal decidió dar el salto al profesionalismo, por lo que, en julio, a petición de los clubes de la competición, el CSD aprobó su nueva denominación mediante la calificación de sus competiciones como oficiales de carácter profesional y ámbito estatal. Con esta decisión del órgano rector del CSD, la Asobal, formada por dieciséis equipos, se convirtió en la primera liga profesional de balonmano en España y la cuarta liga profesional estatal.
Asobal tuvo unos ingresos de 1,6 millones para 2021-2022 y para la próxima temporada espera incrementar un 10%. El aumento de los ingresos se producirá paralelamente con la profesionalización de la entidad, que no será hasta 2023-2024.
El CSD tiene que decidir ahora sobre el futuro de las competiciones de fútbol sala
La próxima temporada será de transición, ya que los clubes tendrán que adaptarse a los requisitos del profesionalismo, pero con ello podrán tener mejores condiciones a la hora de negociar patrocinios y derechos audiovisuales, así como explorar nuevas acciones en materia de difusión. Los derechos de televisión de Asobal están en manos de LaLiga, que ofrece los encuentros de las competiciones oficiales a través de LaLigaSportsTV, Gol y de las distintas televisiones autonómicas y locales con las que ha alcanzado acuerdos.
Posteriormente a la decisión de de Asobal, la Lnfs también decidió dar el paso. El pasado 7 de julio los clubes que conforman la competición votaron de manera unánime seguir avanzando en la solicitud para la profesionalización de la competición al CSD. Los clubes se reunieron en una asamblea general y consensuaron solicitar una reunión ante el presidente del organismo, José Manuel Franco. Ahora tiene que ser el organismo quien se pronuncie al respecto.