Entorno
La Ocde mejora la previsión de crecimiento mundial de 2024 al 3,2%
La entidad mejora una décima su pronóstico para el presente año y mantiene la de 2025, también en el 3,2%, aunque pide prudencia a los bancos centrales. En el caso de España, la economía del país crecerá a un ritmo del 2,8%.
25 sep 2024 - 18:59
La economía mundial crecerá a un ritmo del 3,2% en 2024, según indicó este miércoles la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que revisó una décima al alza su pronóstico de crecimiento para la economía mundial en 2024, que ahora sitúa en el 3,2%, aunque ha mantenido la del próximo año en el 3,2%.
“Se prevé que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial se estabilice en el 3,2% en 2024 y 2025, con una mayor desinflación, la mejora de los ingresos reales y una política monetaria menos restrictiva en muchas economías que ayudará a sostener la demanda”, ha explicado la Ocde.
Según la organización, España, cuarta economía de la zona euro, cercerá un 2,8% este año; por delante de Alemania, Francia e Italia. “Para finales de 2025, esperamos que la inflación esté en consonancia con los objetivos de los bancos centrales en la mayoría de las economías del G20, aunque la incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento e inflación sigue siendo considerable”, ha valorado en rueda de prensa el secretario general de la Ocde, Mathias Cormann.
Entre las principales economías, las nuevas proyecciones de la Ocde contemplan un crecimiento de Estados Unidos del 2,6% este año y del 1,6% el siguiente, sin cambios y dos décimas por debajo de las previsiones de mayo.
“La incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento e inflación sigue siendo considerable”
Según figura en el informe trimestral de perspectivas económicas de la organización “el crecimiento fue relativamente sólido en muchos países del G20, sobre todo en Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia y el Reino Unido”.
Esta ralentización año a año será menor de lo que potencialmente podría serlo gracias a la relajación de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed), que impactará de forma positiva en la segunda mitad de 2025.
En el caso de la eurozona, la organización con sede en París anticipa una expansión del PIB del 0,7% en 2024, igual que lo previsto anteriormente, mientras que ha bajado dos décimas el crecimiento proyectado para el próximo año hasta el 1,3%. El repunte será fruto de la reducción de los tipos de interés y por la recuperación de los ingresos reales disponibles.
Para Reino Unido se consigna un aumento del PIB del 1,1% para 2024 y el 1,2% en 2025, siete décimas y dos décimas más, respectivamente, al tiempo que Japón se anotará un retroceso del 0,1% este año, seis décimas menos, pero se repondrá con un avance del 1,4% en 2025, tres décimas más.
Fuera de la Ocde, las previsiones del think tank apuntan a una desaceleración de la economía china a pesar del mayor gasto público en la segunda mitad de 2024 ante la “prolongada corrección” del sector inmobiliario, que persistirá, así como por las “inadecuadas redes de protección social” y la baja confianza de los consumidores, que pesarán sobre el gasto privado.
Así, la expansión del PIB del gigante asiático será del 4,9% este año y del 4,5% en 2025. Ambas cifras no han sido modificadas por la Ocde respecto de su informe de mayo.
Sobre otros países emergentes, Brasil ha visto revisado su crecimiento de 2024 en un punto más, hasta el 2,9%, y el de 2025 en medio punto más, hasta el 2,6%, por el mayor gasto público, pero con la menor flexibilización de su política monetaria jugando a la contra.
La India también ha visto mejoradas sus estimaciones de PIB en una y dos décimas, respectivamente, hasta el 6,7% en 2024 y el 6,8% en 2028. De su lado, Sudáfrica crecerá un 1% este año y un 1,4% el siguiente, sin cambios.
La Ocde mejora también sus previsiones para India, hasta el 6,7% en 2024
La Ocde ha advertido de que persisten “considerables riesgos” para el crecimiento, entre ellos unas tensiones geopolíticas y comerciales que podrían dañar la inversión y disparar los precios de las importaciones.
Además, el crecimiento podría moderarse más de lo anticipado a medida que pierda dinamismo el mercado laboral o si se producen desviaciones respecto de la trayectoria desinflacionista trazada, lo que podría perturbar los mercados financieros.
Por el contrario, la recuperación de los ingresos reales podría proporcionar un empujón a la confianza de los consumidores y al gasto, mientras que el abaratamiento de los precios del petróleo podría acelerar la contención de la inflación.
En las economías del G20, la inflación global pasaría del 5,4% en 2024 al 3,3% en 2025. En Argentina, se mantendría en niveles elevados: con un 147,5% y un 46,7%, respectivamente.
En este contexto, la OCDE abogó por aumentar los impuestos sobre el patrimonio y medioambientales para “mejorar las perspectivas de sostenibilidad de la deuda”, que se ha incrementado considerablemente en la mayoría de países desarrollados.