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2017: ‘El Clásico’, una carrera entre Madrid y Barça por ser el primer ‘milmillonario’
22 dic 2017 - 04:59
A finales de marzo, una madrugada de fin de semana y mientras muchos dormían, las cuentas de Facebook de Real Madrid y FC Barcelona empezaron a experimentar un aumento de usuarios fuera de toda lógica. No es que los aficionados hubieran caído de forma repentina en que no seguían a su equipo, sino que ambos aceleraron la compra de seguidores con un único motivo: ser la primera propiedad deportiva en rebasar los 100 millones de fans en Facebook. Esa vez, la victoria cayó del lado del club presidido por Florentino Pérez, en uno de tantos duelos que ambos mantienen por coronarse como el equipo más importante del mundo, tanto en lo deportivo como en lo comercial. A medio plazo, la gran corona será para el primero en alcanzar los 1.000 millones de euros de facturación.
Es el objetivo que se ha impuesto Josep Maria Bartomeu para cuando termine su mandato en 2020-2021, y si bien el Madrid no habla de esta cifra de nueve dígitos, lo cierto es que la trayectoria de ambos es muy similar. La facturación de los protagonistas de El Clásico ha sido muy pareja durante el último lustro, y ambos rompieron por primera vez el techo de los 700 millones de euros en 2016-2017. Sus fuentes de ingresos tampoco difieren demasiado, pero el Barça ha logrado suplir la mayor capacidad de ingresos del Madrid por espacios VIP del Santiago Bernabéu con su capacidad de venta en taquilla y la anticipación de mejoras al alza de algunos patrocinios.
El caso más claro es el de Nike. El club blaugrana consiguió anticipar dos años la renovación de su contrato más importante a nivel comercial, asegurándose que la marca estadounidense mejoraba considerablemente los pagos entre 2016 y 2018. Será a partir del próximo verano cuando entre en vigor el nuevo contrato, por el que el Barça cobrará 105 millones de euros fijos anuales, además de recuperar el 100% de la explotación de las tiendas y el negocio de licencias. El Madrid tiene relación vigente con Adidas hasta 2019-2020, y hace unos meses ya se filtró una primera propuesta de la marca alemana que quedaba muy lejos de lo que Nike ofrece a sus rivales: 70 millones fijos por patrocinio, 30 millones por el negocio de retail y 8 millones de euros en material deportivo. A día de hoy, las negociaciones siguen abiertas.
Barça y Madrid se encuentran negociando distintos activos, como los naming rights de los estadios y las ciudades deportivas
De forma más discreta, donde los blancos sí han conseguido superar a los blaugrana es en el patrocinio principal de la camiseta. Emirates introdujo su publicidad en 2012 y, tras las negociaciones de este último verano, ha aceptado triplicar el importe del contrato, hasta los setenta millones de euros por curso de aquí a 2021-2022. La duda que queda por resolver es si, también, liberará la ropa de entrenamiento para que pueda ser comercializada en paralelo.
Es algo que el Barça ya había conseguido con mucho más ruido. Finalmente ha conseguido romper su vínculo con Qatar, que había generado mucha contestación social, para unirse a Rakuten. El grupo japonés de comercio electrónico pagará 55 millones de euros fijos y 6,5 millones variables en función de los títulos, a cambio de lucir en el frontal de la elástica de juego y ser el socio de innovación tecnológica para desarrollar distintos proyectos. El cambio de partner también liberaba la ropa de preparación, que se ha comercializado junto con el espacio de la manga izquierda en partidos oficiales y los naming rights de la ciudad deportiva. Su nuevo dueño es Beko, que pasará de pagar 8 millones a 19 millones durante cuatro cursos.
El próximo partido en el área comercial es el del estadio. Ambos equipos esperan que a lo largo de 2018 empiecen a entrar las grúas en el Camp Nou y el Santiago Bernabéu, después de varios retrasos respecto a los calendarios iniciales que ambos manejaban.
Ello ya ha supuesto un contratiempo para Florentino Pérez, que ha visto cómo se viene abajo su principio de acuerdo con el grupo petrolero Ipic, ahora en manos de Mubadala Group y que ha comunicado formalmente su renuncia a un contrato que establecía pagos de 20 millones fijos por ejercicio hasta 2034. Bartomeu, por su parte, espera llevar una propuesta a la asamblea de socios antes del verano de 2018, también con el deseo de superar los 20 millones de dólares que paga Metlife por el nombre del recinto de los New York Giants y los New York Jets.
El Real Madrid siempre ha ido por delante del Barça en cuanto a ingresos durante los últimos seis años, a excepción de 2015-2016, cuando las ventas de jugadores y un premio de Nike le situaron en 679 millones de euros. El último año, los blancos volvieron a adelantar a los culés gracias a su mejor política de venta de jugadores, ya que en el negocio ordinario estuvo ligeramente por debajo. Ahora bien, en ambas entidades admiten que el mercado de fichajes es cada vez más recurrente que extraordinario, de ahí que se esté anticipando la llegada de jóvenes talentos y no haya tantas dudas a la hora de traspasar a algunas de las figuras. También exige un mayor control sobre los costes, como ha evidenciado este año el Barça.
El club ha consolidado como gasto estructural los 144 millones netos que dejó el pase de Neymar al Paris Saint-Germain (PSG), por lo que necesita buscar 150 millones en ingresos fijos adicionales para 2018-2019. O podría optar por recortar una masa salarial disparada por las renovaciones de jugadores como Leo Messi, Luis Suárez o Gerard Piqué, que situarán esta cifra en 588 millones de euros en 2017-2018, el doble que hace cinco años.
El Madrid, por el contrario, ha sabido contener la cifra en 450 millones, también porque su inversión en secciones profesionales es inferior a la de su histórico rival. Las dos entidades sacrifican cada año más de 20 millones para mantener la competitividad del equipo de baloncesto, un deporte cuyo modelo de negocio en Europa se encuentra en desarrollo a través de la alianza entre la Euroliga e IMG. En el caso del Barça, también se suman otros 15 millones en pérdidas estructurales por el balonmano, el fútbol sala, el hockey y otras secciones no profesionales que se consideran estratégicas a nivel de marca.
Ello también impacta en la rentabilidad y la reducción de apalancamiento. En el último lustro, el beneficio neto acumulado culé es de 184,2 millones, por los 201 millones de los blancos. En términos de deuda neta, las posiciones se han igualado y ambos están en situación negativa. Cuestiones clave, quizás no para muchos aficionados, pero sí para los bancos a los que Pérez y Bartomeu irán a pedir dinero para que el Bernabéu y el Camp Nou sean máquinas de generar ingresos.