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Nueva Champions: amigos, enemigos y daños colaterales del plan para fulminar la Superliga

La Uefa trabaja en un proyecto de reforma de la Champions League que seduzca a los aficionados y a los clubes, buscando un difícil equilibrio en un negocio con implicaciones millonarias.

Javier Trullols

15 mar 2021 - 04:51

Nueva Champions: amigos, enemigos y daños colaterales del plan para fulminar la Superliga

 

La Champions League del futuro está cada día más cerca. La joya de la corona de la Uefa, que reparte más de 2.000 millones de euros por temporada, se dirige hacia un proceso de transformación que pretende aumentar el número de partidos por equipo y maximizar así los ingresos de los clubes.

 

Con este movimiento de la Uefa, la guerra de poderes en el fútbol se encamina hacia su fin. El desenlace se apreciará a partir de la temporada 2024-2025, en un próximo ciclo de las competiciones europeas en que, si siguen adelante los planes de la Uefa, habrá cuatro jornadas y cien partidos más que hasta ahora.

 

Bendecido por las ligas y los clubes, aunque con reservas y excepciones, el proyecto pretende ahogar los planes de la Superliga (que sólo beneficiaría a grandes clubes), dejando daños colaterales como la Copa del Rey o la Copa de la liga británica como grandes perjudicadas.

 

La Uefa trabaja en base a un incremento de los equipos participantes en la Champions League, que pasarán de 32 a 36. El aumento de clubes en liza irá acompañado de un novedoso sistema de competición, en el que la fase de grupos dará paso a una liga en la que cada equipo disputará diez partidos, por los seis actuales.

 

Los ocho primeros clasificados de la liga pasarán a octavos de final, mientras que los siguientes 16 jugarán una eliminatoria a ida y vuelta para completar la ronda de clasificación.

 

El aumento de los premios se basará en un incremento de los ingresos audiovisuales. Al jugarse más partidos, la Uefa considera que las televisiones pagarán más. El secretario general del organismo, Theodore Theodoridis, ha asegurado que habrá un “aumento significativo” en los ingresos por retransmisiones televisivas. Aunque eso está por ver. En España, Telefónica paga 325 millones de euros por temporada para emitir el torneo hasta el final de la temporada 2023-2024, una cifra que representa un 15% menos de los que pagó Mediapro en el ciclo anterior.

 

 

 

Para poder cumplir con el exigente calendario, la Uefa planea crear semanas exclusivas para la Champions League, con jornadas de tres días (de martes a jueves), en las que no coincidiría con otras competiciones europeas.


Esta propuesta parece contentar a todos: cuenta con el beneplácito de European Leagues (EL), aunque con matices y se ha posicionado a favor la Asociación Europea de Clubes (ECA, por sus siglas en inglés). Las ligas nacionales prefieren que se jueguen ocho partidos en la primera fase en lugar de diez, lo que supondría un incremento de 64 partidos en lugar de los 100 nuevos partidos que la Uefa plantea con el nuevo modelo.

 

Impacto en las ligas nacionales

 

Para Jacco Swart, director general de EL, es una propuesta “innovadora y atractiva”, aunque ha advertido de la necesidad de que la Uefa también proteja las ligas nacionales. Al mismo tiempo, ha recordado que ha de tenerse en cuenta en el reparto de los premios no debe incrementar más las diferencias entre los clubes que participan en competiciones europeas y los que no.

 

El nuevo modelo de la Champions League tendrá que contar con la complicidad de las ligas y las federaciones nacionales. El calendario en el que se está trabajando incluye dos de las cuatro nuevas jornadas dedicadas a esta competición en enero, un mes tradicionalmente dedicado a la Copa del Rey en España, con partidos intersemanales, aprovechando que la fase de grupos de la Champions acaba en diciembre actualmente.

 

 

Representantes de los clubes de la Premier League presentes en la última reunión de EL también han expresado su preocupación por el probable impacto de esta propuesta en la competición doméstica.

 

El presidente del Crystal Palace, Steve Parish, recordó que “tenemos tres competiciones, una de las cuales - la Copa de la Liga - es uno de los mayores contribuyentes financieros a la English Football League y sus 72 clubes”. “Esta propuesta probablemente verá el final de esa copa en su totalidad, o reducida a algún tipo de competición juvenil. ¿Dónde termina todo esto?”, se cuestionó.

 

Aficionados, ¿en contra?

 

En cambio, Football Supporters Europe (asociación que representa a los fans del fútbol europeo) se muestra preocupada ante los cambios que se avecinan. Ronan Evain, su director ejecutivo, considera que el plan tendría un impacto profundamente negativo en la integridad competitiva del fútbol.

 

“¿Quién se beneficiará de este formato y la extensión del número de partidos?”, cuestionó Evain en la reunión de esta semana con las ligas. “No los seguidores: la mayoría de los aficionados no quieren, o no pueden permitirse, más fútbol, sino que queremos un mejor fútbol”, detalló.

 

 

Además, desde la asociación de fans cuestionan los criterios de acceso a la competición, que podrían asegurar la participación en las competiciones de la Uefa para ciertos clubes independientemente de su rendimiento en sus ligas nacionales en base a coeficientes, a diferencia de lo que sucede actualmente. “La verdadera belleza del fútbol reside en su sencillez e imprevisibilidad”, expuso, poniendo el foco en que “lo que importa es lo que pasa en el terreno de juego”.

 

El problema radica en la “creciente disparidad financiera entre las ligas”, dijo. Asimismo, defendió que “el fútbol necesita reconectar con los aficionados” al tiempo que debe emprender “reformas significativas para hacer el juego más sostenible”.

 

¿Adiós a la Superliga?

 

Los equipos más poderosos, en busca de la quimera de una Superliga europea con presuntos ingresos multimillonarios para sus participantes, se han encontrado con la respuesta de los organismos rectores del deporte, la Fifa y la Uefa, que no quieren perder el control del negocio. El organismo rector del fútbol mundial advirtió en enero que vetaría a los clubes y a los jugadores implicados en caso de que la Superliga se convirtiera en realidad.

 

En los últimos años, cada vez que se acerca el período de negociaciones sobre el siguiente ciclo de las competiciones europeas, sobrevuela la idea de una Superliga que tendría graves implicaciones para las ligas nacionales. Con la diferencia de que esta vez Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona, anunció en el acto de su dimisión que el club había “aprobado los requerimientos para jugar una Superliga europea”.

 

 

Meses más tarde, el pasado enero The Times filtró el borrador de la Superliga europea de fútbol, con quince equipos fundadores a los que se les habrían ofrecido 350 millones de euros por participar. Manchester United, Liverpool, Real Madrid y AC Milán figuraban entre los impulsores de un proyecto que contaría con financiación del banco estadounidense JPMorgan Chase.

 

Esa cifra es muy superior a la que ingresan actualmente por la Champions, cuyo vigente campeón cobró 117,15 millones de euros la temporada pasada por su rendimiento deportivo, más el market pool, elevando sus ingresos por encima de los 130 millones de euros.