Entorno

Nadal y Arabia Saudí: el deporte pone a prueba el aguante del patrocinio

Rafa Nadal, Jon Rahm y Gabri Veiga son sólo algunos de los deportistas que han firmado, recientemente, acuerdos con clubes o entidades deportivas del país árabe, con claras carencias en derechos humanos.                      

Nadal y Arabia Saudí: el deporte pone a prueba el aguante del patrocinio
Nadal y Arabia Saudí: el deporte pone a prueba el aguante del patrocinio
Rafael Nadal ha sido el último deportista español en estar relacionado con Arabia Saudí.

David García Martínez

19 ene 2024 - 05:00

¿Es neutro para el patrocinador de un deportista que este se convierta en imagen de un país como Arabia Saudí? El anuncio de Rafael Nadal de fichar por el país árabe ha despertado una oleada de críticas en redes sociales por lo que representa un país con claras carencias en términos de derechos humanos. Pese a ello, varios expertos del sector, consultados por Palco23, defienden que “el país está haciendo grandes cambios” y que “el deporte puede ser un motor acelerador”.

 

El régimen dirigido por Salmán bin Abdulaziz es el mismo que ordenó la tortura y asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul (Turquía), en 2018. Además, es protagonista de ataques a población civil de Yemen; aplica la pena de muerte (en 2022, registró 196 ejecuciones), y encarcela a mujeres por defender sus derechos, como en el caso de las activistas Loujain Al-Hathloul, Nassima Al-Sada o Samar Badawi.

 

Amnistía Internacional defiende en su Informe 2022/2023 la dudosa existencia y aplicación de derechos humanos en Arabia Saudí. El organismo subraya que “las autoridades persiguieron a personas por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y de asociación, y que el Tribunal Penal Especializado impuso largas penas de prisión a varias personas por expresarse o asociarse pacíficamente”.

 

Rafa Nadal con la Federación Saudí de Tenis; Jon Rahm con LIV Golf, y Gabri Veiga con Al-Ahli FC son sólo algunos de los deportistas que han firmado, recientemente, acuerdos (de patrocinio y deportivos) con clubes o entidades deportivas del país de Oriente Próximo. Varios deportistas han visto en Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes Unidos una oportunidad para hacerse (aún más) de oro.

 

 

 

 

En su estrategia de Sports washing, la Saudi Pro League (SPL) vivió su particular boom durante el pasado mercado estival, con el desembarco de decenas de futbolistas de primer nivel, precedidos por Cristiano Ronaldo, que llegó a la competición en diciembre de 2022. La liga saudí invirtió 873,5 millones de euros en casi 200 fichajes, entre los que se encuentran Neymar, Sadio Mané, Karim Benzema, Riyad Mahrez y Roberto Firmino.

 

Sin embargo, estos no han sido los primeros en hacer las maletas rumbo a Oriente Próximo. El éxodo de deportistas hacia países del Golfo viene de lejos: de Pep Guardiola a Xavi Hernández. El actual entrenador de Manchester City FC vistió la camiseta de Al-Ahli FC, mientras que el exfutbolista de Terrassa fichó por Al-Sadd FC, de Qatar.

 

La gran duda que plantea el goteo de deportistas que pusieron rumbo a un país de dudosa reputación por lo que respecta a los derechos humanos es ¿puede Arabia Saudí alejar a otras marcas de estos deportistas o del deporte en general?

 

El último en sumarse a la larga lista de deportistas seducidos por los petrodólares ha sido Rafa Nadal. Desde el pasado 16 de enero, el tenista mallorquín es el nuevo embajador de la Federación Saudí de Tenis (STF). Según el ex número 1 mundial, el acuerdo tiene como objetivo “ayudar al crecimiento del deporte e inspirar a una nueva generación de tenistas en Arabia Saudí”. Su vinculación con Oriente Próximo, sin embargo, no ha sido tan bien recibido por los aficionados y han llovido críticas en redes sociales y determinados medios. El Gran Wyoming, desde su púlpito en La Sexta, o Manuel Jabois, desde El País, han afeado la decisión del de Manacor.

 

Banco Santander, Nike, Amstel, Telefónica, KIA, Babolat, Heliocare y Richard Mille son otras marcas que patrocinan al que es uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos y que ahora se ven identificadas, de forma indirecta, con el país de los petrodólares.

 

 

 

 

Fuentes del sector del patrocinio deportivo consultadas son críticas con los deportistas que son seducidos por los países árabes. Sobre todo, en lo que se refiere a la aceptación de los contratos de patrocinio en base al género del deportista. “Los hombres pueden firmar con el diablo, pero no está bien visto que las mujeres deportistas representen a una marca o compañía de Oriente Próximo porqué allí no hay derechos para ellas, es muy hipócrita”.

 

También son críticas con los patrocinadores, ya que sentencian que “si las marcas son puristas y rechazan a un deportista por aceptar a un sponsor saudí o de Kuwait, por ejemplo, deben ser ellas las primeras que prediquen con el ejemplo”.

 

En la era de la cancelación y la viralización, el sports washing representa un riesgo para el patrocinio deportivo, especialmente por el riesgo de ahuyentar a marcas que no maridan bien con valores como los que representa Arabia Saudí.

 

Según apuntan, en cambio, otros expertos del sector, “las marcas deben ver que Oriente Próximo está apostando por el deporte y se debe tomar como una oportunidad”. Añaden que “Arabia Saudí o Dubái, entre otros países, están experimentando un proceso de apertura, progreso y crecimiento al que el deporte puede ayudar”.

 

El consejero delegado de Spsg Consulting, Carlos Cantó, sostiene que “los países de Oriente Próximo utilizan el deporte como palanca para acelerar ciertos cambios en la sociedad, tanto de imagen como de transmisión de valores”. Respecto a Nadal, Cantó defiende que “no ha ido a Arabia Saudí sólo por dinero, sino que es un proceso estratégico de apertura del país”.

 

 

 

 

En línea va la opinión de Javier Mancebo, especialista en márketing deportivo y consultor de Strock Consulting. Este subraya que la fuga de deportistas a Oriente Próximo “no afecta en nada a las marcas que les patrocinan”. Mancebo añade que “estos son los países que están llevando el peso actual del deporte: desde el Mundial de Arabia Saudí 2034 hasta la Supercopa de España”.

 

El consultor explica que “hace diez años, la estrategia de sport washing de estos países sí que podría haber afectado a los patrocinadores, pero no hoy en día; las marcas se centran en los aspectos deportivos, dejando de lado el asunto político”.

 

Todo apunta a que Arabia Saudí y el resto de los países de Oriente Próximo van a jugar un papel fundamental en el deporte del presente y del futuro. Desde el Mundial de Qatar 2022 hasta los planes de su país vecino para albergar el Mundial de fútbol femenino de 2035, algo para lo que Arabia Saudí se postuló el pasado octubre.