Coslada cierra a Fitness Place por una deuda de 248.400 euros

Fitness Place sigue evidenciando claros problemas de viabilidad. A los numerosos cierres producidos en los últimos meses, ahora se le ha unido la clausura de su gimnasio de Coslada por orden del propio Ayuntamiento, que acusa a la compañía de no haber abonado el canon de los últimos tres años y acumula una deuda de 248.400 euros.

En un comunicado, el consistorio indica que el cierre se producirá el próximo 27 de octubre y "subsistirá hasta que no se acredite la posesión de la correspondiente licencia de apertura y funcionamiento o, en su caso, la presentación de la correspondiente declaración responsable".

El Patronato Municipal del Deporte, que es el organismo que le adjudicó esta concesión, indica que el pasado mes de junio ordenó a la empresa "el cese inmediato de la actividad de gimnasio que viene desarrollando en la calle Mar Mediterráneo número 1 de este término municipal, por carecer de la preceptiva licencia municipal de apertura y funcionamiento; o la imposibilidad de seguir ejerciendo la misma, por no haberse presentado la correspondiente declaración responsable".

Tras esta nueva clausura, además, la compañía creada por Gervasio Collar sólo mantendrá dos instalaciones en Madrid ciudad, junto a otras cuatro a las afueras. También está presente en Salamanca y Sevilla, con dos gimnasios, respectivamente, y Barcelona, Zaragoza, Santander y Benalmadena. En su punto álgido, llegó a controlar 20 instalaciones que sumaban más de 100.000 usuarios.

La compañía se había posicionado en el segmento low cost, a tenor de las tarifas que ofrece en las redes sociales. Con cuotas mensuales que no alcanzan los 20 euros, la cadena promociona ofertas que situarían el precio a partir de los 12 euros al mes, casi la mitad de la tarifa media que ofrecen actualmente los principales operadores de este segmento, como Basic-Fit, McFit o Altafit.

Mientras que en algunas ciudades ha tenido que echar el cierre y ya sólo mantiene quince centros operativos, en otras ha tenido que aplicar un importante recorte a la oferta de clases dirigidas, como hizo en Zaragoza, según se quejaron los usuarios a finales del verano.