El Valladolid acelera y prevé ganar más de tres millones de euros este año

Hay clubes con más necesidad que otros para ganar dinero, y no por amasarlo, sino para poder repagar deuda y, algún día, abandonar el mapa de riesgos de LaLiga. Es el caso del Real Valladolid, que en 2017-2018 confía en obtener un beneficio neto superior a los tres millones de euros y disponer de mayor margen de acción. Es una mejora sustancial respecto a los 71.000 euros del último año, y que en parte responde al traspaso de José Arnáiz al FC Barcelona por 3,4 millones de euros.

La venta del canterano a dos días del cierre de mercado ha supuesto una fuerte inyección para el club vallisoletano, que ha podido mejorar su previsión inicial de ganancias (antes del verano las estimaba en 1,9 millones) y aumentar su tope salarial, que ha pasado de 4,1 millones en 2016-2017 a 6,2 millones de euros para el ejercicio en curso. “El resultado de explotación (ebitda) será de 3,8 millones”, confirma a Palco23 Carlos Suárez, presidente del equipo y máximo accionista con el 58,1% de los títulos junto a Marta Urgoiti.

Los ingresos ordinarios subirán por primera vez en la Liga 1|2|3 a más de diez millones de euros si se excluye el efecto de la ayuda al descenso. Se trata de un mínimo de medio millón de euros más respecto al ejercicio anterior, gracias al empuje de la televisión, que pasan de 5,86 millones a 6,4 millones. La prudencia contable, y pese a la mejora de la asistencia en el arranque, ha obligado a presupuestar estabilidad en las partidas de socios y abonados (1,09 millones) y de taquilla por competiciones (154.000 euros).

En el área comercial también se contemplaba estabilidad, con 1,4 millones de euros. Sin embargo, la entidad deportiva ha logrado vender nuevos activos una vez iniciada la competición. El grupo eléctrico Integra Energía se ha hecho con la trasera de la camiseta hasta 2019, sumándose a otras marcas como la bodega Cuatro Rayas, que aparece en el pecho, o el gobierno de Castilla y León, que figura en la manga.

La mejora del negocio está intrínsecamente vinculada a la obligación de amortizar importantes cuotas del convenio de acreedores, y que Suárez cifra en un 50% de los ingresos ordinarios. El club presentó concurso en 2011 y en 2014 logró un acuerdo que establecía quitas del 70%, de modo que se bajó el pasivo de 80 millones a los 30 millones que se deben en la actualidad. Pese a ello, sigue siendo junto al Real Zaragoza el club más desequilibrado, con un pasivo que triplica el volumen de sus ingresos anuales.

El grueso corresponde a la Agencia Tributaria y otras administraciones, con saldos de 26,45 millones a junio de 2017. El calendario establece el pago de 3,64 millones anuales a Hacienda hasta 2022-2023, el doble de lo que había estado pagando hasta ahora porque finaliza la reducción del 50% inicial que se acordó. A este importe hay que añadir otros 715.000 euros por curso para acreedores ordinarios.

A nivel de balance, el Valladolid también ha conseguido poner fin a su situación de patrimonio neto negativo. Para ello, durante el último ejercicio fiscal activó en el balance la concesión del Ayuntamiento de la ciudad para explotar en exclusiva el estadio José Zorrilla, con una tasación de 13,4 millones de euros que hacen que el patrimonio haya pasado de 15,77 millones negativos a medio millón de euros positivos.

El club ha invertido ya un millón en estas instalaciones y prevé destinar un millón de euros adicional a corto plazo para seguir haciendo más cómodas las instalaciones para los aficionados. Es una de las vías de crecimiento más inmediatas que tiene la entidad, que promedia más de 8.000 espectadores y aún está lejos de las 10.000 personas que históricamente seguían sus partidos de Segunda en épocas anteriores. Una tendencia que parece estar corrigiéndose en un arranque de curso positivo, con el equipo en la zona alta.