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Gil Marín y Cerezo elevan a 374 millones su riesgo con el Atleti
Los dos ejecutivos, que controlan el 46,4% y el 15,2%, respectivamente, mantienen importantes garantías frente a proveedores del club. Este mes han formalizado la ampliación de capital de 50 millones que convierte a Quantum Pacific Group en su segundo máximo accionista.
2 mar 2018 - 05:00
Miguel Ángel Gil Marín y Enrique Cerezo son las dos caras visibles del proyecto empresarial del Atlético de Madrid. Ambos articulan una mayoría de control que les permite diseñar el futuro de la entidad sin excesivos problemas accionariales, aunque el atractivo que han ido ganando frente a los inversores no era tal hace unos años. De ahí que en más de una ocasión tuvieron que avalar con su propio patrimonio algunas operaciones, como demuestra que su exposición al club al cierre de 2016-2017 se situaba en 374 millones de euros.
Ambos “actúan como garantes de forma personal y solidaria respecto a deudas del club con terceros”, se recoge en la memoria correspondiente a la temporada 2016-2017. Es decir, que en el hipotético caso de impago por parte de la entidad deportiva, los acreedores podrían exigir a los dos directivos el abono de su deuda. Estas garantías son mucho más altas que las de hace un año, cuando se situaron en 279 millones de euros, y que antes de que el club abriera el accionariado a inversores extranjeros, cuando esta exposición rondaba los 250 millones.
Se trata de un riesgo que ahora es en cierta manera relativo, puesto que las normas de control económico de LaLiga hacen muy difícil que uno de sus afiliados pueda incurrir en impagos. No obstante, sí era una amenaza real hace cinco años, cuando no se contaba con el apoyo de socios adicionales y las perspectivas de negocio del fútbol español no eran las actuales. Ahora, el nuevo modelo de reparto de ingresos por televisión le beneficia mucho más que antes y la Uefa ofrece mejores retribuciones a los participantes en sus competiciones.
De ahí la importancia de anuncios como el que publicó ayer en el Registro Mercantil, por el que formalizaba la ampliación de capital que ha supuesto la entrada de Quantum Pacific Group en el accionariado. En otras palabras, desde hace días ya tiene cincuenta millones de euros en caja que apuntalan su liquidez y le aseguran capacidad de continuar cumpliendo sus compromisos a la espera de una operación clave: la venta de los terrenos donde se ubica el estadio Vicente Calderón.
En concreto, la entidad ha vendido 642.195 acciones por 50.091.210 euros, entre los 8,5 euros de valor nominal y una prima de emisión de 69,5 euros. Se desconoce cuántos socios minoritarios acudieron a la fase de suscripción preferente. De haber acudido todos los accionistas a la compra de acciones, habría captado 1,8 millones de euros adicionales.
La operación supone un nuevo refuerzo de la entidad a nivel patrimonial, pues el capital suscrito ascenderá a 36,34 millones de euros y permitirá elevar aún más los fondos propios, que al cierre de 2016-2017 se situaban en 21,23 millones. Uno de los retos pendientes por parte de la dirección es asegurar la rentabilidad continua, para poder compensar con el paso de los años unas reservas negativas en 62,75 millones de euros debido al revés que en su momento tuvo que anotar por la suspensión de un proyecto urbanístico a las afueras de Madrid.
Quantum Pacific Group ha aportado 50 millones para comprar el 15% del club y ha adquirido el 17% que tenía Wanda Group
La llegada de Quantum Pacific Group no es importante sólo por el dinero, sino por lo que supone haber atraído a un inversor con su perfil de gran compañía con intereses en múltiples sectores y que invierte en busca de retorno. La corporación del empresario israelí Idan Ofer se ha convertido en el segundo accionista más importante, con el 32% de los títulos. Ello se debe a que, al 15% adquirido mediante la ampliación de capital, se suma el 17% que mantenía Wanda Group y que ha decidido vender. La corporación china ha optado por deshacer posiciones tras invertir 45 millones de euros en 2015, año en el que también aportó 15 millones para la Academia en forma de subvención.
Además, pagará diez millones de euros anuales durante cinco temporadas por los naming rights del Wanda Metropolitano. De hecho, este dinero ya está en las arcas del Atleti desde hace más de un año, cuando el grupo de Wang Jianlin concedió un préstamo por 50 millones de euros que se irá cancelando año a año mediante la entrega de los derechos comerciales asociados a este patrocinio.
Tras estos cambios, el máximo accionista continúa siendo el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, con un 46,4% del club. Su inversión se vehicula tanto a través de títulos a su nombre como a través de la sociedad Holding de Inversiones Atléticas, aunque se desconoce si otros miembros de la familia del expresidente Jesús Gil y Gil poseen títulos suficientes que le aseguren más del 50%, como tenía hasta la llegada de Quantum Pacific Group.
Gil Marín es el máximo accionista del Atlético de Madrid con el 46,4%, por el 15,2% que tiene el presidente, Enrique Cerezo
Gil Marín sí tiene asegurada una mayoría de control junto al presidente, Enrique Cerezo, que posee otro 15,2%. El empresario del sector audiovisual es una persona de confianza para el primer ejecutivo, puesto que cumple ahora treinta años vinculado a la entidad colchonera, primero como vicepresidente y, desde 2003, como presidente.
En estos años, el equipo ha pasado por situaciones críticas, como el año del descenso a Segunda División, pero ahora también atraviesa su época más positiva. El estreno del Wanda Metropolitano y los éxitos deportivos de los últimos años han permitido doblar la masa social, hasta los 120.000 miembros, mientras que su atractivo comercial se evidencia en la evolución de los ingresos.
El plan diseñado por Gil Marín hace tres años mantiene el objetivo de alcanzar los 400 millones de euros de facturación en 2019-2020. Para ello será fundamental mantenerse en zona de Champions League cada año, pero sobre todo acelerar su internacionalización para poder elevar el precio de sus patrocinios y optimizar al 100% las nuevas posibilidades que ofrece el estadio a nivel de hospitality. ¿Será uno de sus usuarios el próximo inversor que apueste por los colores rojiblancos?