Entorno
Fondos de inversión, la baza en peligro de la clase media para batir a la Premier League
10 abr 2015 - 05:00
Doyen Sports, SRG Capital o Stellar Group son algunos de los agentes del mercado futbolístico más desconocidos para la opinión pública, pero, al mismo tiempo, son de los más importantes de La Liga. Como cualquier fondo de inversión, toman participaciones en activos (en su caso, jugadores de fútbol) con la expectativa de, al cabo de un tiempo, obtener una rentabilidad. En los últimos años han sido claves para que Atlético de Madrid o Sevilla pudieran incorporar a jugadores como Arda Turan, Diego Costa, Falcao o Kondogbia, pero la presión de la Premier League ha llevado a la Fifa a prohibir estos fondos y a que España y Portugal hayan planteado una guerra judicial para preservarlos.
La batalla jurídica está servida y, de hecho, ya se han interpuesto demandas ante la Comisión Europea (CE) por lo que consideran un intento de una entidad privada, la Fifa, de vulnerar la legislación comunitaria. “Cualquier derecho económico inscribible en un registro público debe poder ser pignorado”, recordó Miguel Ángel Gil Marín. El consejero delegado del Atlético de Madrid, uno de los ponentes en una jornada sobre los TPO (third-party ownership) organizada ayer por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), fue más allá y acusó a la Premier League de ser uno de los instigadores de esta prohibición.
Esta liga, junto a las de Francia, Polonia y Colombia, son las únicas que prohíben a sus equipos utilizar esta fórmula de inversión, por la que se comparten los derechos económicos de un futbolista a cambio de ayudar a financiar previamente su compra. “Ahora necesitamos menos la figura de los fondos, pero estamos aquí gracias a este apoyo”, enfatizó el dirigente del club rojiblanco, que ganó la última Liga y es subcampeón de Europa.
La Liga, al igual que el campeonato portugués, ha propuesto fortalecer la regulación sobre estos fondos de inversión y no prohibirlos, ya que son una vía de financiación clave para que clubes con menos ingresos puedan competir frente a grandes máquinas de generar dinero, como el Real Madrid, Manchester United, FC Barcelona, Bayern de Munich o Paris Saint-Germain. “Es clave para no convertirnos en una Liga de segundo nivel”, advirtió Javier Gómez, director general de la LFP.
¿Qué negocio generan?
El principal motivo de enfado de una parte de la industria del fútbol es que se extienda a todo el mundo una prohibición que hasta ahora sólo existía en cuatro países. Además, un informe de KPMG para la European Club Association (ECA), al que ha tenido acceso Palco23, revela que la cuota de mercado de los TPO en Europa apenas oscila entre el 5,1% y el 7,8% del total, por lo que tampoco puede decirse que este negocio no esté controlado por los equipos.
Doyen Group, uno de los fondos más activos en la coinversión en la compra de jugadores, eleva el porcentaje al 9,3% de todos los fichajes si se considera el negocio a nivel global. En este sentido, cabe recordar que un informe de la Fifa eleva a 4.060 millones de dólares el gasto en traspasos durante 2014. De este importe, un 28,7% es imputable a la Premier League, mientras que la inversión de la Liga apenas se sitúa por encima del 10%, una vez descontados FC Barcelona y Real Madrid, dos equipos que no se apoyan en inversores para acometer fichajes. Es decir, que estos fondos no estarían moviendo en ningún caso más de 400 millones de euros al año.
Nelio Lucas, consejero delegado de Doyen, puso ayer sobre la mesa una fórmula alternativa, que en principio podría ayudar a sortear el veto de la Fifa. Se trata del TPI (third-party investment), una fórmula por la que el inversor no adquiere una participación sobre los derechos económicos del futbolista, que es lo que quiere impedir el ente presidido por Joseph Blatter, sino que se concede un préstamo privado como si de un banco se tratara. El club, por su parte, devolvería ese crédito con intereses u ofrecería como contraprestación un porcentaje de la futura venta del jugador que se haya financiado con ese dinero.
Los estatutos de la Fifa establecen que ningún tercero puede influir en la venta de un jugador, pero sobre este punto se mostró tajante Javier Goméz, director general de la LFP, quien calificó de “ilógico e irracional” el argumentario de la federación. “¿No influyen las Administraciones Públicas, que te dicen que cuando vendas a un jugador vayas entontes a hablar del aplazamiento de deudas?”, denunció.
Algunos expertos consultados por este medio recuerdan que, llevado al extremo, los clubes ni siquiera podrían recurrir al préstamo bancario para financiar una inversión. Porque, si ya se encuentran pignorados todos los ingresos por televisión, abonados y patrocinio, ¿por qué no poder entregar como garantía una venta futura?
Lucas recordó que fondos como Doyen consideran garantías que los bancos no aceptan, ante el riesgo que puede suponer aceptar los derechos económicos de un traspaso que quizás luego no se materialice. “No hay cláusulas de obligar a vender o de hacer jugar a alguien; preservamos la total independencia del club y del jugador en la toma de decisiones”, defendió. De hecho, suelen fijarse cláusulas de salida por las que el equipo compra la participación del fondo si no hay interés de traspasar al jugador.
Alfredo Garzón, socio del despacho Senn Ferrero Sports & Entertainment, admitió no entender “la oposición frontal de los sindicatos de jugadores, en contra de derechos que ellos tienen reconocidos para participar en los resultados de sus propios traspasos”, en alusión a que tienen derecho a percibir un 15% del total cuando su marcha es al extranjero.
Javier Tebas, presidente de la LFP, llegó a advertir que de no encontrarse una solución a este problema, “la Premier League será como la NBA, y el resto de ligas no seremos nada a nivel internacional". El dirigente dio tanta importancia a esta cuestión como a la venta de los derechos de televisión, ante el riesgo de que los clubes sean incapaces de captar talento frente a otros equipos con más recursos económicos.
Esclavitud no, transparencia
Jesús Arroyo, director adjunto del Sevilla FC, y Daniel Lorenz, responsable jurídico del Oporto, rechazaron las acusaciones de “esclavitud moderna” que ha vertido la Uefa sobre el papel de los fondos de inversión. “No es verdad que los TPO atenten contra la dignidad del jugador, porque el jugador siempre tiene la última palabra", criticó el directivo portugués.
Lucas abogó por que la Fifa cree un regulador que establezca qué fondos pueden participar en el mercado de fichajes y establezca cómo deben ser los contratos, fjar límites sobre cuántos jugadores puede tener un equipo en copropiedad con un fondo y en qué porcentajes, así como prohibir la inversión en jugadores menores de edad y que una misma persona jurídica o física ostente los derechos de representación y de traspaso de un futbolista.
“Todos los equipos que trabajan con Doyen, ganan dinero con Doyen”, enfatizó el directivo del fondo, que en España trabaja con clubes como Atleti, Valencia, Sevilla, Getafe, Granada o Sporting de Gijón. Según Lucas, su firma ha participado 45 operaciones TPI que han permitido 53 fichajes, con una inversión directa de 85 millones y préstamos puente a clubes por otros 35 millones de euros. Esta inversión ya ha generado un retorno de 77 millones para Doyen y unas plusvalías de 44 millones, 21 millones de los cuales sin que el club invirtiera un euro.