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El esquí cierra un año en rojo tras el repunte de Semana Santa

Sierra Nevada tuvo una ocupación del 34% en Semana Santa y seguirá abierta hasta el 2 de mayo. Masella aún no ha puesto fecha de cierre.

M. L-E.

7 abr 2021 - 04:57

El esquí cierra un año en rojo tras el repunte de Semana Santa

 

 

Termina un año en rojo para el esquí. La mayor parte de las estaciones nacionales han cerrado y los datos confirman que será un año con resultados desiguales, pero con altas pérdidas para todo el sector. Mientras la mayoría de las estaciones cerraron entre el domingo y el lunes pasado, San Isidro y Leitariegos pretenden alargar la temporada hasta el 11 de abril mientras que Sierra Nevada cerrará el 2 de mayo y Masella aún no ha puesto una fecha de cierre.

 

La Semana Santa ha supuesto para algunas estaciones de esquí un pequeño impulso final en una temporada marcada por el Covid-19 y las restricciones. La falta de alternativas de ocio ha permitido que algunas de las estaciones que abrieron los últimos días registraran resultados incluso mejores que en las flojas temporadas anteriores en las que el calendario y la climatología provocaron un mal balance del último puente.

 

En el caso de Sierra Nevada, la estación apostó por resistir. En un año normal, la estación tiene una facturación de entre 38 millones de euros y 40 millones de euros, sin embargo, la empresa ha asegurado antes de Semana Santa, la caída de la afluencia era de entre el 65% y el 70%.

 

La estación registró 36.200 usuarios entre el 27 de marzo y 4 de abril, mientras que la Semana Santa de 2019, la empresa tuvo 60.000 visitantes. La ocupación fue del 34%, mientras que, en 2019, fue del 70%.  El año pasado la empresa no pudo abrir sus puertas en este período por el confinamiento. Además, en este período la estación tuvo que cerrar dos días por fuertes rachas de viento de hasta 100 kilómetros por hora y tuvo una huelga el 3 de abril. En la Semana Santa de este año la estación abrió 72 kilómetros durante estos días y esta semana mantiene abiertos un total de 32 kilómetros y siete remontes.

 

 

 

 

Antes de Semana Santa, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) desveló que la caída de las ventas en sus estaciones se situaba en un 85% aunque en estaciones como Port Ainé, Espot o Boí-Taüll el descenso de las ventas sólo ha sido del 60%.  Para el grupo, los cuatro días de Semana Santa suponen un 2,5% de la facturación anual.

 

La afluencia en las estaciones de la provincia de Lleida ha sido del 50% y en las de Girona, del 30%, cuando en la Semana Santa de un año normal, la ocupación suele ser de entre el 10% y el 20%, por lo que ha supuesto una ligera remontada.

 

En este contexto, las comarcas de Lleida recibieron 100.000 turistas en Semana Santa, alcanzando una ocupación del 90% entre el jueves santo y el lunes de Pascua. Baqueira Beret, por su parte, no ha dado datos de afluencia, pero abrió 90 kilómetros esquiables y la comarca de la Vall d'Aran registró una alta ocupación hotelera.

 

En el Pirineo catalán, la estación de Port del Comte dio por cerrada la temporada el viernes santo a causa de las altas temperaturas y la falta de nieve en pistas. Por su parte, Masella sigue abierta y aún no ha establecido una fecha de cierre, que decidirá en función de la calidad de la nieve y del tiempo. Por el momento, mantiene abiertas 16 pistas y seis remontadores.

 

Por otro lado, las estaciones de esquí de la Diputación de León (San Isidro y Valle Laciana-Leitariegos) registraron un total de 11.167 usuarios en Semana Santa, un 54% más que en Semana Santa de 2019. En Asturias, Fuentes de Invierno recibió 600 esquiadores mientras que Valgrande-Pajares cerró el viernes santo por la falta de nueve.

 

 

 

 

En Aragón, las pérdidas han sido significativas. La única estación que ha abierto en la campaña 2020-2021 ha sido Astún, que ha terminado el curso con un 30% de los esquiadores de una temporada normal.

 

Por otro lado, el Grupo Aramón, no ha abierto en todo el curso, por lo que ha dejado el año en blanco. La empresa, según sus últimas cuentas públicas, correspondientes a la temporada antes del Covid-19 y cerradas en septiembre de 2019, cerró con un negocio de 42,9 millones de euros, un 9,1% menos que el ejercicio anterior, y uno resultado neto de 274.550 euros, frente a 618.541 euros de beneficios del año anterior. Pese a esto, la empresa no renuncia a la inversión y para la próxima temporada quiere ampliar el número de pistas de la estación de Cerler en 23 kilómetros.

 

Andorra, golpe crítico

En Andorra, el golpe ha sido mayor por las restricciones de movilidad impuestas por Francia y Cataluña. La estación de Vallnord-Pal Arinsal cerró la temporada con 57.973 forfaits vendidos, lo que ha supuesto una caída de las ventas del 88%. Los forfaits vendidos representaron un 11% en comparación a la temporada antes del Covid-19.

 

“No se puede comparar con nada, la situación es muy preocupante”, manifestó Josep Marticella, director general de Vallnord en unas declaraciones a Diari d’Andorra. Hace dos semanas, la estación ya anunció cuatro millones de pérdidas en 2020 y anunció que preveía cerrar 2021 con unos números rojos de 6,5 millones de euros.

 

Por otro lado, Grandvalira ha reconocido pérdidas por valor de 15 millones de euros. En una entrevista con el medio andorrano, Joan Viladomat, máximo accionista y consejero delegado de Saetde explicó que, a causa de estas pérdidas, congelaba las inversiones tres años y las mantendría al mínimo los tres siguientes. Antes de Semana Santa, la estación preveía una caída de la facturación de entre el 85% y el 95%. “Los números serán muy malos, ha sido una temporada complicada porque dependemos de las decisiones de movilidad de los países de nuestro entorno y esto hace que el sabor sea agridulce”, afirmó Juan Ramón Moreno, director general de Grandvalira.

 

Por este motivo, las estaciones andorranas han pedido un rescate al Gobierno del país pirenaico por valor de 19 millones de euros, para cubrir las pérdidas derivadas de las restricciones de la pandemia.