El consejo del RC Deportivo presenta su dimisión en bloque y convoca junta

Ocho puntos separan al RC Deportivo de la salvación deportiva y, muy probablemente, económica. El club gallego se encuentra en posiciones de descenso a Segunda División B, un hecho que dejaría en entredicho su capacidad para devolver la deuda y que ha llevado al consejo de administración a presentar su dimisión en bloque. Ello, tras apenas medio año después de haber tomado posesión del cargo.

El aún presidente, Paco Zas, ha convocado una junta extraordinaria para el próximo 13 de enero. El único punto del orden del día es “articular la renuncia” de los actuales dirigentes para “propiciar el nombramiento de un nuevo equipo de gobierno”. Está por ver quién asume ese desafío, pues la fecha escogida tampoco daría mucho margen al próximo consejo para actuar en el mercado de fichajes.

“La convocatoria se publicará con la máxima urgencia posible, de manera que el nuevo equipo disponga del mayor plazo para adoptar las decisiones deportivas que procedan antes del cierre del mercado de invierno”, señala el consejo en un comunicado. En el mismo, “solicita a todo el deportivismo que continúe prestando el máximo apoyo al equipo”.

El RC Deportivo tendría muy difícil asumir el calendario de vencimientos de deuda con el equipo en Segunda B

Zas deberá dar explicaciones mucho antes, pues este mes se celebra una junta de accionistas en la que la situación económica será el tema estrella. La dirección ha logrado dar con un modelo sostenible en LaLiga SmartBank, pues su previsión es ganar 1,71 millones de euros en 2019-2020, un 23% menos respecto a los 2,2 millones de beneficio neto de 2018-2019.

En línea con lo previsto, los ingresos ordinarios en 2018-2019 se redujeron a un tercio respecto a 2017-2018, hasta 20,63 millones de euros, una cifra que se mantendrá en 2019-2020. ¿La razón de esa caída? La factura audiovisual bajó de 46 millones a 10,3 millones de euros, mientras que los ingresos comerciales cayeron más de un 50%, hasta 2,81 millones de euros. Sin embargo, este retroceso pudo compensarse con los 13,5 millones del paracaídas que le concedió LaLiga, y que explica el fuerte aumento de los otros ingresos de explotación.

El Dépor pagó cuatro millones más de deuda financiera en 2018-2019, un ejercicio que se cerró con compromisos pendientes de pago por 96,36 millones de euros, frente a 107,5 millones del año anterior. Y ahí es donde radica el problema. Los ingresos por televisión en Segunda B son prácticamente nulos y el club gallego apenas tendría capacidad de generar caja suficiente para poder cumplir pagos y luchar por su regreso al fútbol profesional al mismo tiempo.

El principal acreedor es Abanca, con la que se cerró un gran acuerdo de refinanciación hace dos años, y a la que debe casi 59 millones. En este caso, el calendario de pagos establece la devolución de 2,17 millones en 2019-2020 y en torno a 3,4 millones anuales entre 2020 y 2024, y 43,18 millones firmados a largo plazo.