Entorno
Sergi Sagàs (Hyperreal): “Ya no podemos creernos todo lo que vemos en las pantallas”
El experto, que ha trabajado en la producción de grandes películas de Hollywood, ha analizado hacia donde se dirige la Inteligencia Artificial y cómo los consumidores deben reaccionar al auge del uso de esta herramienta.
28 nov 2024 - 05:00
¿Dónde va a llevarnos el uso de la IA? Sergi Sagàs, socio fundador y director de innovación digital de Hyperreal, una empresa especializada precisamente en recrear seres humanos en el mundo digital, valora hacia dónde se dirige la IA y cuánto tiempo lleva realmente utilizándose. El experto, formado en informática y bellas artes, ha desarrollado su carrera entre Barcelona, donde trabajó para Mediapro, y Estados Unidos, lo que le ha llevado a participar de películas como Spiderman 2, Matrix o diferentes animaciones de Disney.
Pregunta: ¿Qué hace exactamente una empresa como Hyperreal?
Respuesta: En el sector audiovisual, cada película, campaña publicitaria o producción que necesita un humano digital, debe escanearlo desde cero, ya que no tienen los derechos de las otras creaciones, de hecho, ni el propio actor o modelo los tiene. Después de años en el sector, nos dimos cuenta de que había actores como Tom Hanks o Will Smith a los que se les escaneaba cinco o seis veces al año, así que decidimos crear Hyperreal, para hacer lo mismo pero asegurando que sean las personas quienes controlan el 100% de su avatar digital.
P.: ¿Qué es exactamente un humano digital?
R.: Existen cuatro tipos básicos. Están los dobles digitales de personas reales o los dobles de personas también reales, pero que han envejecido y se quiere crear una imagen de cómo eran en su esplendor” digamos. El tercer tipo son personas que ya han fallecido, pero que quien tiene sus derechos de imagen, quiere recrearlos. Y luego están los que no existen en la vida real, lo que se conoce como personajes sintéticos. Pueden ser útiles en el caso, por ejemplo, de las Spice Girls, que fue un grupo que funcionó muy bien y se hizo mundialmente famoso, hasta que discutieron entre ellas y la banda se rompió, a pesar de toda la inversión que la industria había hecho en ellas. Ahora la misma productora podría en su lugar crear estos personajes, por ejemplo, y comercializar cantantes, modelos, influencers, etcétera., sin el peligro de que esto pase.
P.: Las personas tienden a rechazar las creaciones digitales demasiado parecidas a la realidad. ¿Puede esto suponer un reto para el sector de la Inteligencia Artificial?
R.: Hacer estos humanos digitales es lo más complicado, más que los dinosaurios o las naves espaciales, por ejemplo, porque al final son cosas que la gente no ha visto nunca. Cuando trabajas con humanos, sin embargo, estamos acostumbrados a verlos constantemente, así que crear uno que sea creíble es muy difícil. Es cierto que las personas solemos preferir dibujos animados, que sabemos reconocer siempre si son reales o no, pero esto es un problema, porque la tecnología va a llegar pronto a este punto, en tres o cuatro años no vamos a notar diferencia a nivel de apariencia. Lo importante aquí pasa por cambiar la mentalidad, aprender a apreciar lo que los humanos orgánicos hacen, las emociones, la capacidad de sentir, etc., es decir, apreciarnos como especie más allá de la apariencia.
“Las personas solemos preferir dibujos animados, que sabemos reconocer siempre si son reales o no”
P.: Hasta el momento, pocas empresas han hecho públicas alguna campaña de publicidad realizada con IA. ¿Podemos suponer que aun así todas están trabajando ya con este tipo de herramientas?
R.: Sí, pero tampoco es tan importante cómo a la gente le parece ahora mismo. La IA generativa es una herramienta más, hasta ahora nadie se preguntaba si los anuncios o las campañas estaban modificados con Photoshop o un editor de video. En las producciones, tienes una idea y usas las herramientas más eficientes para llevarlo a cabo. Igual es un tema que aún es noticia en sí, pero con el tiempo será lo mismo que cualquier otro recurso tecnológico.
P.: ¿Hay cifras ya del retorno económico que puede tener la IA?
R.: Es difícil de medir, pero igualmente, muy pronto no se va a poder concebir ningún contenido que se haga sin ayuda de la IA, estará integrada en su totalidad, y no tiene sentido decir que hay un 10% que se ha generado con IA y el otro 90%, no. Es una tecnología que va a estar cada vez más presente en todo, pero lo importante será entender bien la tecnología como algo que hay que debemos aprender todos, lo que es y cómo se utiliza, cómo proteger nuestra identidad digital, tener pensamiento crítico a la hora de usarla y saber cómo se nos pueden engañar. No vivimos en el mismo mundo, y ya no podemos creernos todo lo que vemos en las pantallas, hay que tener una mentalidad crítica, especialmente en la información que se difunde en algunos sectores cruciales.
P.: ¿Llega tarde la legislación?
R.: Como siempre. Es triste ver como en países como España o incluso Estados Unidos no salga un tema tan crucial como es la IA en los debates o las legislaciones. Los políticos son burócratas, les pasan por delante los temas y después deben ir corriendo a legislar.
P.: La UE ha sido el primer organismo gubernamental en aprobar una legislación. ¿Pueden limitar a la larga su competencia frente a otros?
R.: Tradicionalmente, en Europa siempre ha habido mucho proteccionismo, lo que ha hecho que otros continentes nos adelanten sin problema, especialmente en temas de innovación. El problema más importante es que los políticos no entienden de lo que están hablando, que la IA está pasando ahora, y es una oportunidad, pero como no hay personas con un nivel de conocimiento tecnológico en los organismos, gente preparada y que conozca el sector, no lo saben.
“Pronto no se va a poder concebir ningún contenido que se haga sin ayuda de la IA”
P.: ¿Ha habido un incremento de demanda de perfiles tecnológicos en las empresas?
R.: Cuando las tecnologías empiezan, se nota mucho la diferencia entre las personas formadas, lo que son perfiles técnicos, y los que no. Pero es un sector que avanza muy rápido, y estamos hablando de que muchos aspectos de la IA son sencillos de utilizar, lo que no tardarán en convertirse en conocimiento general. La diferenciación tradicional entre técnicos y creativos, además, cuando yo empecé a trabajar en el sector estaba muy clara, pero cada vez se está difuminando más y son perfiles que se alimentan entre sí.
P.: Empresas como Meta ya han tenido alguna acusación por invadir la privacidad de los consumidores…
R.: Si somos optimistas, en el medio y largo plazo, las ventajas de integrar la IA serán mayores que las desventajas, aunque igual a corto plazo aún no. A la gente le falta entender que la IA no es ChatGPT, sino que ya lleva muchos años con nosotros, pero lo que ha hecho hasta ahora es controlar lo que se ve en las redes sociales. Un usuario no ve en sus redes lo que quiere ver, por mucho que lo piense, sino lo que el algoritmo de IA que está detrás quiere que vea. Cuando publicas algo, además, se queda permanentemente subido, y en unos años igual no le interesa que esté, pero el algoritmo lo va a poder enseñar sin tu permiso. Al final, las redes sociales no son gratis porque sí, se pagan con datos, que son los que luego se van a utilizar para atraerte a consumir más contenido.
P.: Ha trabajado en la animación de películas como Matrix. ¿Podemos llegar a este tipo de escenarios futuristas?
R.: Existen varios escenarios, pero sí que podemos llegar a una sociedad esclavizada por la IA, y por eso es tan importante que la gente la entienda y la use para mejorar. Pero sí, puede ir a peor muy fácilmente, porque es la primera vez en la historia que estamos creando unas herramientas que nos van a superar en inteligencia. Pero es como educar a un niño, si a la hora de entrenar estas máquinas y algoritmos hacemos énfasis en lo bueno de ser humanos, como mejorar el planeta o proteger la salud, si lo hacemos desde unos valores positivos, cuando crece, ese niño que ahora te supera en fuerza o inteligencia, lo usará para cambiar las cosas a mejor. Pero sí, estamos en un punto muy crítico, es importante entender lo que está aquí, ya no lo que viene.