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El Madrid lleva a Mubadala a la Corte Arbitral de París por el ‘naming’ del Bernabéu

El club considera que el grupo petrolero propietario de Cepsa ha incumplido las condiciones del contrato de patrocinio que se firmó en 2014 y que debía servir para financiar las obras del estadio.

Marc Menchén

3 abr 2018 - 05:00

El Madrid lleva a Mubadala a la Corte Arbitral de París por el ‘naming’ del Bernabéu

 

 

El Real Madrid no sólo jugó en París la vuelta de los octavos de final de la Champions League. Según ha podido saber Palco23, el club ha solicitado la mediación de la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), situada en la capital francesa, para que dirima en su enfrentamiento con Mubadala Group. La corporación de Abu Dhabi absorbió en 2017 a Ipic, el grupo petrolero con el que se firmó la venta de los title rights del Santiago Bernabéu y que a finales del año pasado decidió no mantener su acuerdo.

 

El grupo petrolero firmó en 2014 como patrocinador principal, al mismo nivel de Adidas y Emirates, hasta el final de la temporada 2016-2017. Este contrato fue parcialmente cedido a Cepsa y establecía la posibilidad de extender el contrato por dos años más, hasta 2018-2019. Sin embargo, como ya adelantó Palco23, todo rastro de ambas marcas se eliminó a comienzos de este año, toda vez que no se alcanzaba un acuerdo sobre el fondo de la cuestión.

 

El contrato firmado hace cuatro años establecía un pago anual que rondaba los cuatro millones de euros, que directamente se incrementaba en torno a los veinte millones de euros una vez se culminara la remodelación del estadio. Sin embargo, esa posibilidad estaba sujeta “a la aceptación por Ipic del cumplimiento de determinadas condiciones jurídicas de carácter urbanístico”. El club defiende “el cumplimiento de las mismas”, opinión que el actual dueño de Ipic pone en cuestión y ha provocado esa “discusión entre las partes”, tal y como ya se recogía en las últimas cuentas del equipo de fútbol.

 

 

 

 

La decisión de la compañía supuso un duro golpe para el club de fútbol, que con el dinero de este patrocinio aspiraba a financiar las obras del estadio, con un coste estimado en 400 millones de euros. Se desconoce si se han puesto en marcha acciones legales adicionales al arbitraje, una fórmula habitual de resolución de disputas. Sin ir más lejos, la guerra del fútbol entre Mediapro y Prisa se acabó resolviendo ante este organismo.

 

Fundada en 1919, la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio de París cuenta con más de 130 empresas y asociaciones de ochenta países entre sus miembros, con una red de más de 150 juristas que colaboran en la resolución de los conflictos que se le plantean. Según consta en su página web, a lo largo de su historia ha resuelto más de 30.000 litigios vinculados al comercio y la industria. “Nuestras sentencias de arbitraje son obligatorias, a diferencia del acta de conciliación y mediación. Estas son reconocidas como decisiones reales por los tribunales tanto en Francia como en el extranjero”, recuerda el organismo.

 

Consultados por este diario, el Real Madrid no ha realizado ningún comentario y desde Mubadala se han limitado a señalar que “en este momento, no estamos en posición de comentar sobre este asunto”. “Tardará tiempo”, añaden fuentes conocedoras de este tipo de procedimientos, que dan por hecho que el equipo presidido por Florentino Pérez deberá acelerar la búsqueda de un patrocinador alternativo para financiar su mayor operación patrimonial desde el traslado de la ciudad deportiva a Valdebebas.

 

Fuentes del sector señalan que, en ningún caso, el equipo de fútbol paralizará las obras del estadio, si bien las ejecutará por fases en función del tiempo que tarde en dar con un sponsorque asegure los recursos. De hecho, según consta en los registros del Ayuntamiento de Madrid, la dirección encabezada por José Ángel Sánchez ha obtenido distintas licencias urbanísticas entre finales de 2017 y comienzos de 2018.

 

 

 

 

El proyecto que aprobó el Ayuntamiento indica que el club tendrá 31.400 metros cuadrados a su disposición para usos complementarios a la actividad deportiva, que son los que permitirían incluir servicios como tiendas, restaurantes o el ampliado museo, que siempre se ubicarían o bien en el lateral oeste, que da al Paseo de la Castellana, o en el lado de tribuna. Por otro lado, ya se había decidido que no se elevaría la capacidad para 81.044 espectadores, para priorizar la cubierta, la instalación de un marcador de 360 grados y mejoras en los espacios VIP.

 

La documentación aprobada por el consistorio establece un periodo de 39 meses de obras, una vez se obtengan todos los permisos, por lo que la inauguración definitiva podría no producirse hasta 2020-2021. Es decir, algo más de tres años que podrían ser más, o menos, en función del ritmo de ejecución de los trabajos. Y más que un delantero con gol, lo que hará falta es una marca con un importante presupuesto para patrocinios. 

 

A nivel económico, la entidad dirigida por José Ángel Sánchez espera facturar 690,31 millones de euros en 2017-2018 por su negocio ordinario, a los que hay que sumar 48,36 millones en plusvalías por traspasos de jugadores. El área de márketing continúa siendo la más importante, con una previsión de 282,24 millones de euros para este año, un 9,95% más interanual pese a que en 2016-2017 se contabilizaron los premios obtenidos por la Champions League.

 

La venta de los naming rights permitiría superar los 300 millones por este concepto, pero sobre todo era clave para obtener los recursos necesarios para acometer las obras del Santiago Bernabéu sin comprometer su rentabilidad. El club ha ganado una media de 33 millones de euros al año durante la última década, pero los costes financieros que implicará un crédito sindicado sin renunciar al refuerzo de la plantilla obligarían a un control extremo del gasto.