Competiciones

2018: el año en que los ‘vientos’ de la vela cambiaron de rumbo

Las mayores competiciones náuticas han sufrido este curso algunos giros inesperados, desde la cancelación de la edición de 2019 de la Barcelona World Race hasta el cambio de dueño de la Volvo Ocean Race.

Palco23

28 dic 2018 - 04:58

La Volvo Ocean Race cambia de dueño y de nombre

 

 

La náutica se ha enfrentado en 2018 a muchos elementos, y no todos ellos han estado en el agua. El mundo de la vela ha sufrido un convulso año en el que distintas competiciones han visto cambiar su rumbo momentáneamente para dirigirse a un destino donde la viabilidad es el principal reto. Y es que pese a reducirse los costes de entrada a este deporte, las disciplinas que se desprenden de él continúan contando con presupuestos difíciles de conseguir debido a los problemas de monetización de los patrocinios.

 

Ejemplo de ello es la Barcelona World Race, cuya edición de 2018 fue suspendida por el patronato de la Fundació Navegació Oceànica Barcelona (Fnob), debido a la incertidumbre política y el riesgo de que los patrocinadores finalmente no pudieran deducirse su inversión por la falta de sintonía entre el Gobierno y la Generalitat de Catalunya.

 

Sin embargo, tras varios meses de negociaciones, finalmente se consiguió que el Ministerio de Hacienda le volviera a conceder la calificación de acontecimiento de excepcional interés público. Es decir, que tendrá beneficios fiscales para los patrocinadores que apoyen la vuelta al mundo para la edición de 2022-2023, que  ha sido confirmada por el Ayuntamiento de Barcelona.

 

Eso sí, el consistorio decidió en julio prescindir de Xosé-Carlos Fernández y situar en la dirección de la regata al gerente del Institut Barcelona Esport (IBE), Frank Terrón. Otro de los aspectos importantes es un rediseño de la vuelta al mundo que también responde a la dramática caída de ingresos, tanto por aportaciones públicas como por financiación de patrocinadores y otros productos. El presupuesto previsto para próximas citas es de unos diez millones de euros, frente a los 45 millones de euros que se manejaron en la cita de 2014.

 

La Volvo Ocean Race cambia de dueño y de nombre

 

A unos kilómetros al sur, en Alicante, está la sede de la Volvo Ocean Race, principal competición de vela oceánica y que en 2018 cambió de dueño. La regata, antes propiedad de Volvo Group, ha pasado a manos de una empresa controlada por Richard Brisius, actual presidente de la prueba; Johan Salén, copresidente, y Jan Litborn. Una de sus primeras decisiones ha sido incorporar los barcos de clase Imoca para la edición de 2021, un cambio muy significativo, ya que son los mismos que se utilizan en la vuelta al mundo en solitario y sin asistencia, la Vendée Globe. El objetivo es unir dos de las competiciones de vela más prestigiosas del mundo y crear un único calendario que permita a los patrocinadores, equipos y deportistas crear estrategias más transversales.

 

No es una cuestión baladí, ya que frente a estas competiciones de vela oceánica se sitúan las pruebas inshore, con la America’s Cup y las Extreme Sailing Series como más destacadas. La diferencia es sustancial, ya que, mientras que las primeras regatas cuentan con el reto de monetizar nueve meses en el agua, las otras funcionan prácticamente igual que la Fórmula 1: tienen diferentes paradas por el mundo en las que se disputan carreras cerca de la orilla, circunstancia que facilitan su comercialización entre patrocinadores y a captación de aficionados. Sólo el agua dirá si la vela seguirá siendo un deporte con futuro.