Entorno

Eduard Romeu: “La entrada de capital privado en el fútbol rompe las normas”

El ex vicepresidente económico del Barça sostiene que “que un club puntero tenga capacidad para fichar a cualquier jugador y los organismos justifiquen que se encuentra dentro de la masa salarial requerida es difícil de creer”.

Eduard Romeu: “La entrada de capital privado en el fútbol rompe las normas”
Eduard Romeu: “La entrada de capital privado en el fútbol rompe las normas”
“Los bancos comerciales tradicionales no son los que financian a los clubes de fútbol”, explica Romeu.

David García Martínez

9 may 2024 - 05:00

La situación del fútbol moderno, a debate. El ex vicepresidente económico de FC Barcelona y uno de los principales precursores de las famosas palancas del club blaugrana, Eduard Romeu, se muestra contrario a la entrada de capital privado en el fútbol, ya que, para él, “rompe las normas del juego”. Haciendo referencia a los clubes estado, Romeu admite que “es difícil de creer que un club puntero tenga capacidad para fichar a cualquier jugador y los organismos justifiquen que se encuentra dentro de la masa salarial”. En el caso de España, para Romeu el tope salarial implantado por Tebas “afecta al atractivo de la competición”. En cuanto a la estructura empresarial de los clubes y la posible transformación a Sociedad Anónima Deportiva (SAD) de FC Barcelona, el exdirectivo subraya que “el modelo es indiferente, siempre que haya una gestión correcta”.

 

 

Pregunta: Los clubes de LaLiga perderán en conjunto 350 millones en 2023-2024. ¿El fútbol tiene futuro si no es un negocio?

 

Respuesta: El fútbol, como cualquier actividad, debe ser sostenible y para ello es necesario que obtenga ciertos beneficios. Todo se basa en oferta y demanda y en el atractivo de las cosas. ¿Por qué clubes de una liga como la española y equipos de otras competiciones reciben esta desproporción tan grande de ingresos por venta de derechos audiovisuales? FC Barcelona y Real Madrid CF son los que más reciben por este concepto, pero son cantidades equiparables a las de las otras grandes ligas. Se debe hacer más atractiva la competición doméstica española para que el comprador esté dispuesto a invertir más en ella y eso revierta estos registros negativos.

 

 

P.: ¿La inflación salarial de las últimas décadas es una debilidad para este deporte?

 

R.: Los jugadores y los clubes generan una cantidad de dinero importante. Sin embargo, se ha perdido el equilibrio del control salarial de los futbolistas y se debe recuperar. Hubo un momento en el que los clubes tenían el control total sobre esto y los jugadores estaban a su merced, pero esta tendencia ha cambiado en los últimos años. Que haya ciertos jugadores referentes, como Leo Messi en FC Barcelona, es indiscutible, pero si los futbolistas no generan ventas acordes, la ecuación debe cambiar. 

 

 

P.: ¿Puede explotar la burbuja?

 

R.: El equilibrio se debe recuperar, pero este debe venir por dos vías: adecuar los salarios a las posibilidades de los clubes y aumentar los ingresos de los equipos de fútbol. El recorrido es corto si sólo nos centramos en los gastos. Se debe crecer en facturación, lo que permitirá esa sostenibilidad. Sin embargo, este incremento de ingresos se debe distribuir entre jugadores, representantes y clubes, saliendo todas las partes beneficiadas de ello. La pretensión de equilibrar los salarios en los equipos de media y baja tabla genera una menor competitividad en cuanto a la retención de ciertos jugadores, tanto económica como deportivamente. 

 

 

 

 

P.: Casi 1.500 millones de euros en traspasos este verano invernal, ¿es razonable?

 

R.: Cualquier cifra es amoral desde un punto de vista social y conceptual. Sin embargo, el negocio está marcado por la oferta y la demanda. Son cifras muy elevadas. Debemos ser conscientes de que la normativa debe ser la misma para todos los clubes. Es improbable que haya niveles salariales compensados en ciertos equipos llamados clubes estado. Debemos ser cuidadosos porque no se está jugando con las mismas reglas del juego.

 

 

P.: ¿Los bancos ponen impedimentos a la hora de financiar los proyectos de los clubes de fútbol?

 

R.: Los bancos no invierten ni un euro en los clubes de fútbol. La actividad deportiva en general, y el fútbol en particular, es muy difícil de financiar directamente por un banco comercial. Estos tienen sus propias líneas, aunque son moderadas. En cambio, los bancos de inversión, como JP Morgan o Goldman Sachs, colocan en fondos la financiación de ciertas operaciones, como el Espai Barça en el caso de FC Barcelona. No debemos tener una visión de los bancos como se tiene tradicionalmente; no hay bancos españoles o europeos en general que entren en este tipo de operaciones macro, sino que son entidades anglosajonas o americanas.

 

 

P.: Las famosas palancas, sean del equipo que sean, ¿son pan para hoy y hambre para mañana?

 

R.: La voluntad de las palancas es ganar tiempo. Las que se pueden considerar pan para hoy y hambre para mañana son aquellas que consisten en recibir por avanzado cierta cantidad de dinero y eso hace que, al haber vendido parte de ese activo a futuro, se generen menores ingresos que si no se hubiese formalizado esa operación. Por ejemplo, la firmada entre FC Barcelona y Nike en 2018, con Josep Maria Bartomeu como presidente, hizo que se avanzase una cantidad de dinero en ese momento porque el club lo necesitaba. Por otro lado, lo que ha hecho la junta directiva actual de Joan Laporta está relacionado con la venta de los derechos de televisión por avanzado y es una palanca relativa, al vender una parte audiovisual del club que no generaba ingresos. En este caso hemos generado un valor a futuro de algo que hoy en día no generaba ingresos. Por tanto, en un caso las palancas pueden reducir los ingresos futuros y en otro sirven para beneficiarse para oportunidades a futuro. No dejan de ser una estrategia para generar recursos.

 

 

 

 

P.: ¿El límite salarial de LaLiga es un stopper para los clubes de la competición?

 

R.: De todas las ligas que hay, la más estricta y rigurosa es LaLiga. Como concepto, el límite salarial es correcto. La vigilancia está muy bien, aunque en España es excesivamente férrea. Eso afecta al atractivo a la competición y se ha ejemplificado en los millones invertidos en España en traspasos de futbolistas durante los últimos mercados de fichajes. Se pierde competitividad y no sólo con la Premier League, sino que otras ligas que estaban por debajo de la española ya nos atrapan, como la Serie A, la Bundesliga o la Ligue 1.

 

 

P.: ¿Debería regularse a nivel internacional?

 

R.: La Uefa ya lo hace, aunque afecta diferente a las competiciones según sus criterios. Hay casos en los que el organismo europeo ha multado a clubes por circunstancias, pero eso no ha prohibido formalizar la transacción, algo que no ocurre en España. En el caso de las inscripciones de jugadores, esto ha generado un agravio competitivo importante con los clubes con los que se compite en competiciones europeas. Entrando en la situación de FC Barcelona, es más complejo, ya que también entra el aspecto de los valores del club. Hay equipos patrocinados por ciertas empresas que van en contra de los ideales de nuestro equipo y eso hace que renunciemos de forma directa a una cantidad de dinero importante.

 

 

P.: ¿FC Barcelona debería apostar por convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD)?, ¿por qué?

 

R.: El modelo es indiferente, siempre que haya una gestión correcta. No por ser SAD irá mejor si la gestión no es correcta. Sobre el papel, ciertos niveles de control son convenientes para que a FC Barcelona no repita errores del pasado. Está costando mucho redirigir la situación económica y una vez en el punto en el que queremos estar se deberán establecer los mecanismos de control efectivos y reales. Lo que queremos es que se mantenga la propiedad del socio. No visualizo una propiedad de un grupo que controle el club de forma unilateral. Esto es algo que traicionaría a todos los años de historia.

 

 

 

 

P.: ¿Qué un club de fútbol mantenga su estructura societaria como club es algo romántico?, ¿tiene sentido a nivel empresarial?

 

R.: Hay muchos inversores y entidades que valoran la idiosincrasia de FC Barcelona de ser un club. No existe un sistema óptimo, aunque todo pasa por la seriedad en la gestión. Si la normativa se aplica y la dirección es rigurosa no se debe cambiar el modelo. Es cierto que cambiar a SAD podría dar rapidez en cuanto al saneamiento de las cuentas y podría suponer una inyección directa de dinero.

 

 

P.: ¿El Barça lo ha tenido sobre la mesa en algún momento? 

 

R.: Nunca ha estado sobre la mesa, porque el presidente, Joan Laporta, lo tenía claro desde el primer momento. Sabemos que sería una solución fácil. Lo que hemos querido es que los activos del club sirvan para salvarlo desde el punto de vista económico. Siempre estás a tiempo de convertirse en SAD. Algo loable de la directiva actual es que nunca ha pedido dinero a los socios, que son los verdaderos propietarios del club.

 

 

P.: ¿La entrada de capital privado en el fútbol es positiva o negativa?

 

R.: Rompe las normas. Que un club puntero tenga capacidad para fichar a cualquier jugador y los organismos justifiquen que se encuentra dentro de la masa salarial requerida es difícil de creer. De todos modos, se debe aceptar la situación. Este fue uno de los motivos de la promoción de la Superliga, buscando mayores ingresos. Aunque esto no soluciona la situación anterior, ya que debería existir la misma norma para todos. Que la Uefa castigue a un equipo con una multa de diez millones de euros no acaba de tener sentido.

 

 

 

 

P.: Ingresos por competiciones, venta de jugadores, comerciales y por venta de derechos audiovisuales, ¿qué ingresos alternativos puede generar un club de fútbol?

 

R.: Se debe poner el foco en los seguidores en redes sociales y la masa social. No hay mejor palanca que ellos. En el caso de FC Barcelona, la creación de Barça One puede generar ingresos extraordinarios. Ahora los millones de seguidores disfrutan del contenido de forma gratuita, sin embargo, en un futuro se puede capitalizar. Aunque clubes de esta magnitud, con esta masa social, hay muy pocos.

 

 

P.: ¿Por qué se está tensando tanto la cuerda en la negociación con Nike?

 

R.: Con la coyuntura actual, el contrato de Nike no estaba a la altura del Barça. Con el acuerdo de 2018, Nike hizo un esfuerzo para llegar a ciertas cantidades, algo que ha empeorado la operación a día de hoy. Había otras marcas potentes que estaban dispuestas a mejorar sustancialmente el contrato, algo que motivaba para ir a buscar un precio justo de mercado. Nike gana porque vestir al Barça es un prestigio y el club también porque mejora su contrato.

 

 

P.: Teniendo en cuenta los últimos casos en la Rfef, ¿el nivel de gobernanza en el fútbol español es óptimo?

 

R.: Sorprende el lío que se ha generado, además de posiciones de ciertos dirigentes que podrían actuar de forma diferente. La rigurosidad debería estar en todos los organismos del fútbol y esta entidad debería dar ejemplo al resto.