Opinión
La (lenta) recuperación de las entidades deportivas
7 abr 2021
El deporte en España genera 220.000 empleos directos, existen 3,9 millones de licencias y están contabilizados más de cinco millones y medio de usuarios de centros deportivos. Además, según las estadísticas, el deporte en nuestro país se construye en torno a 36.000 empresas, de las cuales el 86% con pequeñas y medianas empresas. España tiene algo más de 75.000 clubs deportivos de los cuales 4.000 con centros deportivos.
Estos son algunos de los datos aportados en el seminario Economía y Gestión del Deporte en Europa, organizado por la UPF Management School y ADA (Profesionales de la Industria Deportiva) de la Universidad de Buenos Aires, que se ha celebrado este pasado marzo.
A lo largo de este magnífico seminario dirigido por el profesor Carles Murillo se analizó la afectación de la Covid-19 en el deporte. Y la conclusión es que ha sido devastador por varios motivos. El primero lo dicen los datos: ha caído el 53% de la facturación de los centros deportivos, se estiman perdidas por encima de los 1.200 millones de euros y el 44% de los centros deportivos están abocados al cierre si se prolonga la actual situación de restricciones. Hay a pesar de todo un dato esperanzador: el 56% de los responsables piensan que se van a recuperar los niveles de facturación de 2019 entre septiembre de este año y finales de 2022.
Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, extraídos de la memoria de actividad deportiva del año 2020, siete de cada diez ciudadanos han seguido haciendo actividad física y un 50% han pasado a practicar deporte usando alguna app o Internet. Un 54% ha disminuido la frecuencia de la práctica de deporte y la mitad de los practicantes han seguido con la actividad combinando los centros deportivos (cuando era posible utilizarlos) con espacios al aire libre.
Según estos datos y a propósito de las tesis defendidas en este seminario, el deporte no ha sido considerado como actividad esencial a pesar de las tímidas peticiones de algunos organismos, federaciones o plataformas. Por poner dos ejemplos opuestos, podemos mencionar la distribución alimenticia, que no tuvo que realizar ninguna gestión y se le concedió el servicio esencial de manera lógica; o las librerías que fueron consideradas servicio esencial a diferencia de los centros deportivos. La pregunta y la reflexión nos lleva a considerar que el deporte, que en muchos casos es un estilo de vida, pero también es esencial para determinados sectores de la población como colectivos de exclusión social, tercera edad o discapacitados, no ha sabido canalizar ni hacer llegar el mensaje de su importancia.
Las iniciativas promovidas por los estamentos públicos no han sido acompañadas por los centros deportivos públicos y privados o de gestión compartida, más allá de algún reclamo publicitario que rozaba la protesta friky.
Uno de los principales motivos para que los ciudadanos hayan dejado de ir a los centros deportivos, más allá de las restricciones, ha sido la desmotivación y la desorientación en el uso de las instalaciones. Los centros deportivos, incluida la patronal de los mismos, tampoco han contribuido a la motivación por una clara falta de comunicación con los abonados. Se han centrado excesivamente en cuadrar los ingresos y los gastos, pero han desconectado emocionalmente de los usuarios. Los vínculos se han roto. Y cuando los vínculos se rompen se produce la desconexión.
Hoy, a medida que la vacunación avanza y nos encaminamos hacía la recuperación de la normalidad en todos los aspectos, los datos nos dicen que en nuestro país el 51% de los ciudadanos practica deporte al aire libre y un 14% lo hace en su domicilio. Queda un largo camino por recorrer hasta para alcanzar la normalidad y, repito, sin comunicación será más largo y más lento.
Agustí Rodríguez
Agustí Rodríguez es periodista de formación y ha trabajado durante 35 años en prensa, radio y televisión. Los últimos años de su carrera los ha centrado en la comunicación corporativa especializándose en la comunicación de crisis y la resolución de conflictos. Fue responsable de prensa en los JJOO de Barcelona y ha trabajado durante 18 años en Aena, coordinando la comunicación de los aeropuertos catalanes. También ha trabajado como jefe de prensa de la Subdelegación del Gobierno en Cataluña y como asesor de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Entre 2018 y 2020 fue director de comunicación del RCD Espanyol de Barcelona. Actualmente es consultor y director del área de comunicación deportiva de la agencia Sintesi. Ha escrito y colaborado en múltiples artículos y libros sobre comunicación y colabora con diferentes universidades y centros educativos.
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