La crisis de Venezuela deja en el aire la Libertadores de fútbol sala

El viernes, cuando sólo faltaban cinco días para el comienzo del torneo, la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) decidió que "por razones insalvables de fuerza mayor y logística" no podía albergar la sede de la Copa Libertadores de fútbol sala. Su decisión, en plena crisis del país por el racionamiento de la electricidad y el malestar social por la inflación, ha obligado a la Conmebol a demorar el  inicio del torneo, a la espera de encontrar un nuevo país anfitrión.

La organización del fútbol sudamericano envió una carta a los clubes implicados en los que admitía "la obligación de reprogramar el campeonato de referencia" a la espera de escoger "una nueva sede con una de las Asociaciones que han puesto a disposición su infraestructura y compromiso de poder llevar a cabo el torneo". El objetivo es que el inicio del torneo se demore el menor tiempo posible (entre una semana y diez días, indican), "a fin de que los equipos, ya con la preparación pronta para el evento, puedan continuar con su cronograma previsto".

Además de Guerreros del Lago, representante del país anfitrión, en esta ocasión también participarán los equipos Kimberley de Argentina, C.R.E. de Santa Cruz de Bolivia, Jaraguá de Brasil, Cobresal de Chile, Rio Negro de Colombia, Atlético Galápagos de Ecuador, Cerro Porteño de Paraguay, Primero de Mayo de Perú y Old Christians de Uruguay.

La primera edición de la Libertadores Futsal se celebró en 2002, aunque este año iba a ser el primero en el que se disputaría una única cita y no se dividiría en Zona Norte y Zona Sur para evitar que cada año el trofeo acaba en manos de un equipo brasileño. De hecho, en todas las ocasiones el campeón ha sido de este país, y sólo en cinco ocasiones se ha jugado la final fuera de Brasil.