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La Vuelta se aprieta el cinturón por el Covid: 30% menos de presupuesto
El protocolo sanitario para prevenir la expansión del coronavirus supone entre un 5% y un 7% del presupuesto total de la ronda española, que también reducirá su personal.
13 oct 2020 - 05:00
La Vuelta adelgaza. La carrera, que se celebrará del 20 de octubre al 11 de noviembre, ha reducido su presupuesto para la presente edición un 30%, en parte porque la carrera tendrá dieciocho etapas en vez de las veintiuna habituales. La carrera tenía que haber salido de Utrecht, Países Bajos, el 14 de agosto, pero la pandemia forzó el cambio de fechas.
La inversión en medidas sanitarias para prevenir la expansión del Covid-19 supondrán entre un 5% y un 7% del presupuesto total de la ronda española. Amaury Sport Organisation (ASO), propietaria de Unipublic, pone en marcha para esta edición la burbuja habitual de los eventos ciclistas de este año.
“Nuestras líneas de ingresos están aseguradas pero la crisis se nota, igual que el hecho de tener tres etapas menos”, señala el director general de Unipublic, Javier Guillén, a Palco23. “Nos hemos tenido que ajustar tanto en ingresos como en gastos, pero gracias a la fidelidad de nuestros patrocinadores, todo sale hacia adelante”, añade.
Por otro lado, el ejecutivo considera que “tendremos que ver si se mantienen las cuentas porque están ajustadas, las medidas anti-Covid19 estaban previstas, pero es un añadido; la valoración económica de la carrera habrá que hacerla al final de la edición”.
El negocio de La Vuelta alcanzó 21,4 millones de euros en 2018, según las últimas cuentas publicadas en el Registro Mercantil, mientras que su beneficio se situó en 4.453 euros. Durante las semanas de competición, su plantilla se amplía hasta entre 140 y 150 trabajadores, contratados de forma directa.
El negocio de La Vuelta alcanzó 21,4 millones de euros en 2018, según las últimas cuentas publicadas en el Registro Mercantil, mientras que su beneficio se situó en 4.453 euros.
“Este año, al haberse limitado mucha de las acciones promocionales, hay menos empleados, aunque se ha tenido que reforzar el personal para las medidas sanitarias y habrá más médicos y más gente de la seguridad privada”, subraya Guillén, que agrega que “ha habido un cierto elemento de compensación, pero habrá un 30% menos de gente”.
Los patrocinadores suponen un 80% de los ingresos totales de la vuelta, mientras que el resto procede del canon que pagan las ciudades para acoger la prueba y de los derechos televisivos. “Estamos ajustándonos en todos los aspectos, pero tenemos la carrera en 2020, y esto era importante para salvar el año, lo importante era tirar adelante”, reitera, y comenta que “la relación con las instituciones es excepcional”.
“Todas las salidas y las llegadas han confirmado su compromiso, el recorrido de las dieciocho etapas no varía nada del que fue presentado en diciembre, más allá de Portugal”, destaca Guillén. “Todos nuestros patrocinadores han renovado su confianza y, de hecho, hemos podido aportar alguno nuevo en una situación tan crítica como esta, como por ejemplo Correos”, subraya. “Pero es lógico pensar que todo el mundo puede invertir menos”, remarca Guillén.
Asimismo, el director general de la Vuelta señala que la carrera “es una oportunidad” por el hecho de que “sea de los pocos eventos que se celebren este año y de que se vea en directo; esto hace que compense un poco”. “Octubre y noviembre son dos meses buenos de consumo, esto ha sido valorado, el posicionamiento es muy bueno”, sentencia.
Modelo burbuja y protocolo exhaustiva
La prueba, que sigue los pasos del Tour de Francia, se celebra en una burbuja y tendrá una unidad médica importante. Asimismo, la Vuelta ha establecido que todo aquel que desee obtener una acreditación deberá aportar un resultado negativo de un test PCR.
“Estamos preparados para empezar, sobre todo para ir implementando todas las medidas que se van a hacer”, destaca Guillén a unos días de empezar la carrera. “Hemos ido recabando las autorizaciones sanitarias para el perfecto desarrollo, pero asimismo mantenemos que el éxito sanitario de la prueba pasa por la autorresponsabilidad de todo el personal de la carrera”, comenta.
“Todo lo que se lleva celebrando desde que empezó la Vuelta a Burgos demuestra que es posible hacer las carreras profesionales con seguridad y que no haya incidencia en los territorios en que se desarrollan”, comenta. “Esto nos invita a ser optimistas y a tener credibilidad para ver que es posible el ciclismo profesional”, añade.
La carrera y las comunidades autónomas por donde se desarrollan las etapas han decidido que “habrá muchas zonas restringidas por motivos sanitarios, para el público y para la carrera”. “Es posible limitar el aforo, este año apostamos y abogamos por la vuelta a casa, preferimos que se siga desde la televisión”, sentencia.
“El principal reto por ahora es superar la pandemia, pero es un reto social”, asegura. “Cuando la hayamos superado, podremos recuperar nuestras vidas y plantear cuestiones últimas, así que no creo que sea un ejercicio útil hablar del futuro sin que la situación esté despejada”, concluye.