Competiciones

Nebreda (Volvo Ocean Race): “Es difícil justificar un evento que muere durante tres años”

La directora de patrocinios de la competición de vela oceánica, que sale desde Alicante desde 2008, explica que “la mala percepción de la inversión pública pasada por otros eventos en esta región se está borrando por las cifras de visitantes y económicas que estamos obteniendo”.

Guillermo G. Recio

9 nov 2017 - 04:59

“Compartir el propietario y el principal patrocinador nos da más seguridad como evento de cara a los patrocinadores”

 

 

Carla Nebrera es la directora de patrocinios de la Volvo Ocean Race, una organización que antes de dar el pistoletazo de salida a su competición de 2017 supendía el inicio de su siguiente edición y perdía a su consejero delegado. La directiva ha trabajado en la entidad durante varias etapas, algo que critíca por el hecho de tener unos ciclos de competición de tres años. Con experiencia en la agencia Santa Monica Sports, Nebrera ha desarrollado la gran parte de su carrera en el mundo del deporte con eventos como el GP de Fórmula 1 en Valencia, entre otros.

 

La primera pregunta es obligada: ¿por qué se canceló la salida de 2019?

 

La idea del nuevo formato es acotar el ciclo de competición de tres a dos años. Lo que ha sucedido es que la primera salida del nuevo ciclo está en el aire. En teoría, el comienzo de ese nuevo ciclo iba a ser en 2019, pero puede ser en 2020 cuando se empiece a tener el evento cada dos años. El principal problema ha sido el cambio de los barcos, ya que hasta ahora estaban muy enfocados a la seguridad, pero los nuevos apuestan más por ser más rápidos y agresivos, más espectaculares.

 

Antes se celebraba cada cuatro años, hasta ahora cada tres y dentro de poco será cada dos años. ¿Por qué se busca reducir el periodo cada vez más?

 

Es difícil justificar un evento que muere durante tres años y luego hay que volver a construirlo todo de cero. Con el ciclo de dos años, nos aseguramos de que no hay un año en el que no se hable de la Volvo Ocean Race, ya que la competición siempre va de finales de un año a principios de otro. Además, a nivel organizativo, contratamos a 160 personas y después la mayoría se van y nos quedamos unas 30 o 40 personas, por lo que tenemos una gran pérdida de talento.

 

¿También ganará atracción para los patrocinadores?

 

Con este nuevo modelo es más fácil tener interés y no tener tantos picos. El presupuesto para una edición no cambia por ciclo, pero habrá más ediciones en un periodo de diez años, por ejemplo.

 

 

 

 

¿Los patrocinios son la principal vía de ingresos?

 

La Volvo Ocean Race tiene casi 20 años, pero la competición en sí existe desde 1973. Hay pocos eventos en los que el sponsor es el dueño del evento. En nuestro caso, el grupo Volvo tiene dos empresas: la de automóviles, propiedad de una empresa china, y el propio grupo. Hoy en día son empresas diferentes y comparten sólo este evento. Ello nos da más seguridad como evento de cara a los patrocinadores, que son muy importantes.

 

¿Qué estrategia seguís?

 

En cuanto a la estructura comercial que tenemos, nosotros nos quedamos con algunas categorías de empresas, y otras las cedemos a la empresa gestora del puerto por el que pasamos y tiene el derecho a explotar ese segmento de forma local, igual que pasa con los equipos participantes. Nosotros, como organización tenemos patrocinadores que nos aportan económicamente y nos da valor, como Omega con sus cronómetros y como Mersk, ya que transportamos más de 80 contenedores de un puerto a otro.

 

Más allá de los patrocinios, ¿las otras aportaciones económicas son la de los participantes y la de puertos por donde pasa la Volvo Ocean Race?

 

El modelo de negocio también es que los equipos participantes paguen. Este año hemos subido la cuota pero hemos aportado más servicios. Antes, cada equipo se construía sus carpas, sus bases, y había algunas muy grandes y otras muy flojas. Ahora todas son iguales, y eso es lo que quieren ver los fans, unas buenas carpas donde pasar y ver su actividad. Eso lo aportamos nosotros ahora y nos aseguramos de la calidad.

 

Respecto a los puertos, las ciudades pagan entre uno y dos millones de euros. A nosotros nos interesa que salida y meta sea en Europa, y Alicante tiene condiciones especiales, como mantener las oficinas centrales aquí, desde donde tenemos muy buena conexión con los países escandinavos, donde está Volvo.

 

 

 

 

¿Cómo se percibe esa apuesta de la Administración por un evento de este tipo en la Comunidad Valenciana?

 

La mala percepción de la inversión pública pasada por otros eventos en esta región se está borrando por las cifras de visitantes y económicas que estamos obteniendo. Desde 2008-2009 salimos desde Alicante y es todo un hito, y me sorprende mucho que la Volvo Ocean Race esté consolidada pero no haya ningún patrocinador español más allá de Mapfre que se beneficie de la fiscalidad del evento por ser de interés especial.

 

Que un evento de este tipo salga de España o pase por otro país, ¿ayuda a hacer crecer el interés por este deporte?

 

Sin duda, antes sólo teníamos cuatro o cinco paradas ya hora son 12 etapas. Está habiendo cambios en el mundo de la vela. Antes estaba muy dividido este deporte entre los Juegos Olímpicos y la vela offshore y ahora parece que va a cambiar en porque en Tokio 2020 la vela oceánica va a ser deporte de exhibición. Espero que sea un fijo próximamente. De hecho, no hay un paso natural para que un deportista sea olímpico y luego se pase a la vela oceánica. Creo que este paso ayudará a que haya más cantera y gente que se dedique a ello.