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El Valencia CF de Lim acumula pérdidas de 98 millones tras disparar un 33% los números rojos en 2017-2018
6 nov 2018 - 18:43
El Valencia CF deberá cerrar una exitosa temporada en términos deportivos para que el esfuerzo del último año haya valido la pena. El club cerró 2017-2018 con unas pérdidas de 36,22 millones de euros, lo que supone un 33% más respecto al ejercicio anterior y unos números rojos acumulados de 98 millones durante la etapa de Peter Lim como máximo accionista, según las cuentas anuales a las que ha accedido Palco23. Una inversión a largo plazo que, si bien le ha permitido entrar este año en Champions League, aún no se ha traducido en un modelo de negocio sostenible en el tiempo. En 2018-2019, y pese a que prevé unos ingresos récord de 233 millones incluidos traspasos, el resultado neto será cero.
El consejo de administración defiende que, pese al importante desfase económico respecto a los dos millones de pérdidas previstas inicialmente, “la apuesta estratégica por mantener una plantilla competitiva y retener talento en la presente temporada ha dado sus frutos”. Eso sí, asume que el resultado económico “se ha visto mermado” y es lo que ha obligado a solicitar a los accionistas una reducción de capital por valor de 65 millones de euros.
La propuesta, dirigida a restablecer el equilibrio patrimonial del equipo de fútbol, no incluirá una nueva inyección de capital por parte de Lim, máximo accionista con el 82,33% de las acciones tras la inyección de 100 millones de euros realizada a comienzos de 2016. A 30 de junio de 2018, el multimillonario singapurense mantenía abierta una línea de crédito de 100 millones, de los que el club había dispuesto 38 millones de euros. Solo en intereses, el máximo accionista tiene pendiente de cobro 1,86 millones.
El Valencia CF reducirá su capital social en 65 millones de euros para compensar pérdidas y restablecer su situación patrimonial
Lim continúa siendo uno de los principales acreedores del Valencia CF, si bien la deuda neta se incrementó un 21,3% en el último ejercicio y alcanzó los 275,7 millones de euros. Aquí se sigue contabilizando la deuda a largo plazo con CaixaBank y Bankia, que en conjunto suman 182,72 millones de euros, y otros 95,29 millones por el fichaje de futbolistas, más del doble que un año antes y que ayuda a entender por qué las amortizaciones de inmovilizado son la segunda mayor partida de gasto y un elemento clave para entender los números rojos del club.
La cuenta de resultados muestra un aumento del 4,2% de los ingresos ordinarios de 2017-2018, hasta 105,51 millones de euros. De este importe, más de la mitad correspondió a los derechos de televisión, que aportaron 65,55 millones de euros, un 2,7% menos debido a que el club se vio penalizado en el reparto que realiza LaLiga por su mala clasificación de 2016-2017. También retrocedió la recaudación por socios y abonados, con 11,49 millones de euros, un 3% inferior.
Por el contrario, la inversión en construcción de marca ha empezado a dar resultados, pues el departamento comercial facturó un 32,6% y alcanzó los 21,2 millones de euros. El consejo presidido por Anil Murthy atribuye esta mejora al estreno del patrocinio principal del fabricante de smartphones BLU y la entrada de nuevos socios como Sesderma, que luce en la manga de la camiseta.
A ello se le suma un alza de más del 10% de las ventas de artículos oficiales de Adidas en tiendas, que aportaron 4,5 millones a esta partida. En paralelo, los ingresos por competiciones se dispararon un 20,8%, hasta 7,27 millones, gracias al éxito en taquilla que supuso la recta final del curso en la que el primer equipo logró el acceso a la Champions League.
La actividad ordinaria pudo complementarse con el ingreso de 4,5 millones por la cesión de jugadores, que se recoge en la partida de otros ingresos de explotación, y las plusvalías de 31,25 millones por el traspaso de futbolistas. “Es inferior al obtenido en la temporada anterior, circunstancia producida por la menor salida de jugadores que a su vez ha imposibilitado equilibrar la cuenta de explotación”, constata la memoria anual.
Pese a esta fuerte caída de los ingresos atípicos, la dirección decidió no rebajar la inversión en plantilla. Los costes de personal se incrementaron un 10,4% y alcanzaron los 86,96 millones de euros; de este importe, la plantilla deportiva absorbió 76,65 millones, mientras que el resto de personal requirió 10,31 millones. Por otro lado, las amortizaciones de inmovilizado cayeron un 16,2%, hasta 44,4 millones de euros, y el resto de gastos de explotación cayeron un 30%, hasta 26,37 millones, debido a que un año antes se recogieron por el deterioro de activos y provisiones.