Opinión
Mucho que ganar
11 mar 2020
Se hace difícil pensar en que va a salir el sol cuando uno se encuentra en mitad de una oscura tormenta. Esta es, precisamente, la situación en la que ayer se encontraba sumida toda España, en el que podríamos llamar el primer día local del pánico en la crisis del coronavirus. Reuniones canceladas, eventos pospuestos y grandes dosis de preocupación e incertidumbre protagonizaron una jornada en que quedó claro que el impacto económico del virus será importante y afectará a prácticamente toda empresa viviente, sea del sector que sea.
Llegados a este punto, y con el poco tranquilizador precedente de Italia, parece evidente que para las empresas ha llegado el momento de afrontar la situación pensando en los posibles escenarios que se abren en el horizonte.
No hacer nada no parece ni mucho menos una opción adecuada para las empresas, que como mínimo se tienen que enfrentar a un problema de movilidad de sus trabajadores, cuando no de suministro, de demanda o de flujos de caja. En un momento de caos y desconcierto, y sobre todo de falta de información, sobrerreaccionar también puede ser un riesgo para un gestor empresarial. Lo ideal parece entonces dar la respuesta adecuada, con medidas acotadas y acertadas para hacer frente a la situación. Fácil de decir y difícil de hacer: cuando nadie sabe nada, ¿qué es lo acertado?
Las empresas deben afrontar la situación pensando en diferentes escenarios, con el precedente de Italia
Una mala decisión puede llevar a una empresa al desastre, pero un acierto puede generar una ventaja frente a los competidores. Ahora bien, el ritmo de los acontecimientos hace que una decisión pueda ser acertada hoy, pero equivocada mañana, o viceversa. La obsolescencia del entorno se acentúa y, con ello, la del acierto de las estrategias. En términos empresariales, son tiempos de pura táctica, pero también de autenticidad, en los que aflorará más que en otros momentos la verdadera generación de valor para el mercado.
Además, ni el mundo ni ninguna empresa volverá a ser después de esta crisis igual a como era antes. Como ocurrió con la caída del Muro de Berlín en 1989 o con los atentados del 11 de septiembre de 2001, los cisnes negros no pasan volando sin más.
Ahora bien, la luminosidad de esta intensa coyuntura que nos ha tocado vivir en marzo de 2020 no debe cegarnos e impedirnos pensar en el día de mañana. Todos tenemos motivos para estar asustados, es cierto, pero de la misma forma que se entra en una espiral de miedo y temor hay un momento en que empezará a salirse de ella. Es entonces cuando los ejecutivos y las empresas deben estar preparados para aprovechar las oportunidades que sin duda se presentarán ante nosotros.
Los ejecutivos y las empresas deben estar preparados para aprovechar las oportunidades
Gracias a la confianza de miles de lectores del sector, desde 2014 en Palco23 hemos logrado hacernos un hueco en el mismo y sentirnos un integrante de esta poderosa y dinámica industria, con la que estamos firmemente comprometidos. Desde esta posición, como diario de información económica de referencia en el negocio del deporte, queremos aprovechar esta oportunidad de extrema atención en las noticias económicas para dar una señal de optimismo en mitad del temor.
El sector del deporte tiene sin duda mucho en lo que trabajar en las próximas semanas, pero no menos que otras industrias en las que el golpe puede ser mucho más fuerte y las consecuencias, más duraderas. De nada sirve paralizarse o pensar, por mucho que cueste, en que no hay salida. Más bien cabe pensar que, en unas semanas, la situación nos brindará un terreno abonado en el que los profesionales, las empresas y los sectores más clarividentes tendrán, en realidad, mucho que ganar.
Palco23
Líder en información económica del negocio del deporte
Otros artículos de Palco23
Un nuevo horizonte para el deporte español
Barcelona, en boca de todos
Gol en propia a la imagen del negocio del deporte
Una candidatura desencerada
No es sólo volver, es cómo volver
La importancia del deporte base
El propósito del deporte
Interés general, enfado colectivo, reacción conjunta
Cartas encima de la mesa
Y el fútbol, ¿no es una industria?
El ‘fair play’ de la Uefa, perfecto no es, pero tampoco inútil
¿Y si encima el deporte logra borrar la inestabilidad?
Y los clubes de LaLiga, ¿algo que decir sobre su negocio?
Amaños: un duro golpe a la imagen del fútbol, pero el sistema funciona
El fútbol aficionado necesita su propio ‘fair play’ financiero
El ‘autogol’ de la Ley del Deporte llega en el 90
Cerrando círculos en torno al usuario
Que la inercia del partido a partido no nos frene
¿Se acabaron las batallas internas en la ACB?
El 50+1, una suma que sobre todo pone en riesgo a la ACB
Artículos de otros autores
Así es el nuevo fan del fútbol
Los espectáculos deportivos y la sostenibilidad: ¿Una utopía o una realidad alcanzable?
Transformación del Patrocinio Deportivo: La Era del Patrocinio 4.0
El consejero “independiente” en las sociedades deportivas y el interés de los aficionados
La suspensión exprés de Luis Rubiales por la Fifa: una explicación económica
Reputación de marca y ESG en deporte
El deporte español no se puede permitir un frenazo en seco
Criptomonedas, cada vez más presentes en el patrocinio deportivo
La pandemia acelera la innovación en las retransmisiones deportivas
El deporte conecta cada vez con más disciplinas para llegar a nuevos públicos
Reflexiones acerca de las tendencias en ‘sports business’
Salud mental, racismo, orientación sexual…: las causas en las que se debe implicar el deporte y las marcas del sector
La mayor inversión pública del siglo en deporte
Reflexiones acerca de la evolución de la industria del deporte en el último lustro
Se acabó la fiesta de las apuestas
La comunicación de Laporta sobre Messi
¿Son los JJOO un buen negocio?
Las tecnologías que pueden cambiar el negocio de los eSports
Reflexiones acerca del fútbol femenino
Cuando Jordan se convirtió en Air